jueves, 20 de junio de 2024

Dinosaurios y otras criaturas extintas en los tebeos de aventuras de la época dorada del cómic español

El cómic de aventuras fue una de las vías de escape más populares entre los jóvenes durante el duro periodo posterior a la Guerra Civil Española, hasta que fueron sustituidos por la televisión en los años 60. Los protagonistas de estos tebeos se enfrentaron a todo tipo de amenazas y monstruos, entre los que a menudo se encontraban dinosaurios, pterosaurios y otros animales del pasado que resultaron ideales para personificar todos los horrores con los que los lectores tenían que lidiar a diario, por lo que eran destruidos de la manera más cruel posible. 

En este contexto, en el trabajo "Dinosaurs and other extinct creatures in adventure booklets from the golden age of Spanish comics", a cargo de Charlie Charmer e Iván Narváez, que se acaba de publicar en Journal of Graphic Novels and Comics, se han analizado las representaciones de dinosaurios y otras criaturas extintas en estos cómics españoles de aventuras. A través de una muestra de más de un centenar de tebeos publicados entre 1942 y 1971, se han revisado unas quinientas páginas en las que aparecen diferentes reptiles del pasado para examinar qué especies fueron las favoritas de los autores, qué papel tenían en las historias y el desconocimiento paleontológico general que a menudo revelaban. 

Los animales extintos más frecuentes en la muestra son los pterosaurios (25,7%), seguidos de los terópodos (18,4%), y cuando los autores decidían especificar más, solían elegir el mismo género: Pterodactylus y Tyrannosaurus. Por orden, el resto de preferencias son para ceratopsios (7,9%), estegosaurios (7,7%), saurópodos (5,5%), Iguanodon (5,3%), ictiosaurios (4,3%), plesiosaurios, hadrosaurios, Dimetrodon, mosasaurios y prosaurópodos. Además, hay algunas apariciones de huevos de dinosaurio que no se pueden asignar a una especie concreta.

Al tratarse de criaturas extintas y en gran parte desconocidas, los guionistas y artistas tiraron de imaginación para intentar llenar sus numerosos vacíos. Así, cuando algunos autores no lo tenían claro, no dudaron en inventarse especies. De esta forma, el cómic español ha visto nacer al 'ortosaurio' (un extraño dinosaurio al que Ray de Astur vence con sus propias manos), al 'gigantosaurio' (un ceratopsio que Al Dany encuentra en un peligroso planeta), el "quelonsaurio" (un cruce entre una tortuga y un dinosaurio que aparece en Purk, el hombre de piedra), el "tritonsaurio" (un dinosaurio con colmillos de tigre y pezuñas de caballo en El Puma), o el "dimetildifenilpirazolona" que se traga una nave espacial en "Astro vagabundo".

La imagen que ofrecen los cómics de los dinosaurios y otros animales con los que compartieron su hábitat es un testimonio gráfico insustituible a la hora de construir el imaginario colectivo de la fauna del pasado. La edad de oro del cómic de aventuras español, que acabará decayendo con la llegada de la televisión como medio de entretenimiento de masas, tuvo lugar en plena dictadura franquista. Dada la espectacularidad del físico de estos reptiles gigantes, los dinosaurios eran una presencia esencial en estos tebeos, cumpliendo a la perfección el papel de amenaza casi insuperable para el héroe, cuya valentía siempre triunfaba al derrotarlos o someterlos. Por otra parte, en una época de total desprecio por la ciencia, estos increíbles y enormes animales mostraban a los jóvenes lectores que, mucho antes de que ellos nacieran, habían existido en la Tierra criaturas fascinantes que por alguna razón habían desaparecido. Y así, se había sembrado la semilla de la curiosidad.

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