Tras la Guerra Civil, la familia de Adolfo Álvarez Buylla (1927-1998) tuvo que exilarse a Colombia. Según algunos autores [1], en Bogotá, Adolfo conoció a otro crío con el que compartía la pasión por el dibujo, Al Williamson. Pasó su adolescencia en México, donde publicaría su primer cómic.
En 1948 regresa a España, donde saltará al estrellato en 1954 gracias a la adaptación, junto al guionista Enrique Jarnés y el dibujante Braulio Rodríguez “Bayo”, del héroe de la radio Diego Valor, inspirado en el cómic británico Dan Dare, estrella del Eagle. La impulsora de la adaptación fue Consuelo Gil Roesset, editora del semanario Chicos, el principal cómic de nuestra posguerra. Pero la apuesta era tan sólo oportunista, ya que el formato pretendía aprovechar la parte sobrante de Chicos, y aparte de buscar a ilustradores neófitos –no es la mejor obra de Buylla- fue editada sin ningún mimo [2]. En cualquier caso, resultó un verdadero éxito, llegando a tirarse cien mil ejemplares y convertirse en un auténtico fenómeno mediático y de merchandising. Será el primer cómic español trasvasado a televisión; también pasó al teatro y se grabaron un par de discos con portada de José Carlos, además de servir de base a juguetes o los cromos de Chocolates Matías López.
Diego Valor es un soldado del futuro que lucha contra las hordas marcianas que quieren invadir la Tierra. En sus paseos por el espacio encontrará, como sucede en Dan Dare –cuya calidad artística y técnica, en cambio, es inapelable-, varios monstruos alienígenas de inspiración dinosauriana que darán la medida del valor del héroe.
El éxito de la serie abrió a Buylla las puertas de otras editoriales y así, entre otras, desarrolló las aventuras de El capitán Trueno. Aunque se trata de una serie en la que nos consta la presencia esporádica de dinosaurios, no hemos encontrado ninguno en las colaboraciones de Adolfo.
Átomo Kid
Según algunos autores [3], la serie de ciencia-ficción Átomo Kid (1956) fue creada por M. Bañolas (Mariano Hispano) y Álvarez Buylla, aunque muy pronto daría el relevo gráfico a Bayo. En cualquier caso, no aparecerán animales propios del Mesozoico en este cómic hasta los episodios 11 (“Los dueños del espacio”) y 12 (“El misterio de Titán”), en los que el galáctico héroe descubre pterodáctilos e iguanodontes en el satélite de Júpiter y, para entonces, ya no estaba presente Buylla.
El superdotado
En 1969, Adolfo ideó para la revista Gaceta Junior la parodia de los superhéroes El superdotado. En una de sus entregas, el superhombre viaja involuntariamente al futuro al atravesar volando la “barrera del tiempo” (la velocidad de la luz, entendemos) y debe reandar lo recorrido para volver al presente, pero... se pasa y llega al Mesozoico.
Yago Veloz
Buylla ahondó en la sátira, esta vez dirigida a los cómics de ciencia-ficción que le habían lanzado al estrellado, en la revista Trinca, para la que ideó al cosmonauta Yago Veloz (1971), que encuentra seres antediluvianos en sus paseos por el cosmos, como un saurópodo gigantesco que le asusta u otro diminuto que se el mete en el traje y le hace cosquillas.
"The Devil's Door"
A partir de entonces, se prodigó sobre todo en el extranjero. Contribuyó a Boris Karloff Tales of Mystery con "The Devil’s Door" [4] (1975), en la que dibujó dinosauroides, a Epic Illustrated con los dos episodios de Ace of Spade (1983) -en la onda de Yago
Veloz-, que se cruza con algunos monstruos de inspiración dinosauriana, y entintó a Stuart Jennett en «Battleground» (Warheads #12, 1993), donde los guerreros espacio–temporales combaten con dinosaurios.
Ace of Spade
En 1992, recién retirado, Buylla recibió un homenaje en el Salón del Cómic del Principado de Asturias, celebrado en Gijón, con una exposición que recogía 70 de sus originales y la concesión del premio Al Autor que Amamos.
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[1] Manuel Deskartes, documentado en El Wendigo (F.
R. Arbesú) y Diccionario de uso de la historieta (Jesús Cuadrado). Jesús Duce sostiene que la amistad con Williamson le abrió las puertas del mercado norteamericano. Lo cierto es que Williamson había nacido en 1931 y regresó a Estados Unidos en 1940, con tan sólo nueve años de edad. Adolfo, que le llevaba cuatro, tenía trece en ese momento. Así que, por mucho que nos atraiga la anécdota, debemos entender sus implicaciones en este marco, si es que realmente se llegó a producir. En todo caso, la experiencia común de su infancia colombiana (juntos o por separado) sería un punto de contacto inestimable en un encuentro posterior de ambos autores.
[2] Tony Segarra (2008) en Comics SF. Reeditado en ciencia-ficción.com
[3] Como Alfonso Coronado, José Ruiz del Amor o el ya mencionado Jesús Duce.
[4] Se tradujo al castellano en Domingos alegres #1457 (1982, Novaro), en cuyo número #1414 (1981) Buylla dibujó a Morgan, el guerrero audaz (Warlord de Mike Grell), conforme a Ricard
Sitjà y Javier Collar.
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