martes, 24 de septiembre de 2013

Peter va al Museo de Historia Natural


Las imágenes de este artículo son escaneados de mi ejemplar de Spider-Man Classic #4 (Forum, 1993), el cual incluye la primera aparición del Lagarto (publicada originalmente en The Amazing Spiderman #6, Marvel Comics, 1963). El episodio, escrito por Stan Lee y dibujado por Steve Ditko, comienza con un saurio antropomorfo causando el terror en los pantanos de Florida.


El monstruo en cuestión es en realidad el Doctor Curtis Connors...


...un cirujano que tras perder un brazo investiga el secreto de la regeneración celular de ciertos reptiles para aplicarlo a los seres humanos. Connors extrae a sus lagartos un suero que se inyecta a sí mismo y que, además de renovar su extremidad, ya véis qué efectos secundarios le provoca (una premisa, por cierto, sospechosamente parecida a la del film The Alligator People, estrenado cuatro años antes). ¿Y qué pintan los dinosaurios en este culebrón...?


Las noticias sobre el Lagarto llegan a Peter Parker / Spiderman, quien antes de enfrentarse al escamoso villano -perdón, se me pega la prosa de Stan The Man- visita el Museo de Historia Natural para aprender "todo" sobre los reptiles, empezando por "los más grandes... los dinosaurios".


¿Por qué, en lugar de estudiar los animales modernos de los que el Lagarto recibe sus poderes, el empollón de Parker se decanta por sus primos lejanos extintos hace millones de años? Super Stan debió pensar que una pelea con fósiles de fondo quedaría de lujo, ya que nada más comenzar la conferencia unos ladrones activan el sentido arácnido de nuestro héroe, quien considerando que no le queda "mucho por saber de los dinosaurios" la emprende a puñetazos con ellos (con los malhechores, no con los dinosaurios).


Así pues, lo fundamental sobre los dinosaurios, según este cómic de hace ya medio siglo, puede resumirse en cuatro puntos: A, si su inteligencia hubiera ido pareja a su tamaño, hoy gobernarían la Tierra; B, tenían la piel tan gruesa que si vivieran aún sólo un cañón podría dañarlos; C, vivían en el agua o fuera de ella; y D, podían aplastar a un tanque de los de ahora (si es que lo de los dinosaurios con los tanques es como la nata con el chocolate o las patatas fritas con el ketchup).


En el resto del tebeo no vuelve a hacerse alusión a los lagartos terribles ni resulta herido ningún paleontólogo. Volveremos a encontrarnos con Mr. Lee y Mr. Ditko, hasta entonces... EXCELSIOR! (¡ufff!, otra vez...)

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