El Planeta de los Dinosaurios (José Luís Sanz)
Jorge cumplía doce años ese día. Su madre, que trabajaba en el Ayuntamiento de Fuentes, le había contado la importancia de los fósiles hallados en Lo Hueco, a pocos kilómetros de su pueblo. En realidad, había visitado la excavación varias veces, pero ahora los paleontólogos se habían ido y las obras del AVE estaban acabadas. A Jorge le apasionaban los dinosaurios. Soñaba con encontrar enormes huesos fósiles que él mismo pudiera estudiar.
Ilustración de Noelia del Pozo López
De manera que decidió montar en su bicicleta y explorar el yacimiento. La zona de Lo Hueco tenía un aspecto muy diferente del que recordaba. Apoyó la bicicleta contra una gran piedra y, con manifiesta impaciencia, comenzó a revisar la superficie de los sedimentos que contenían los fósiles. Multitud de puntos brillantes atraían su atención, pero sabía que eran cristales de yeso, no fósiles. Por fin vio un objeto inequívoco, un enorme fémur de titanosaurio, los grandes "cuellilargos" del Cretácico Superior. Mientras se deleitaba con su hallazgo Jorge escuchó un suave zumbido. Levantó la cabeza y se quedó impresionado por la presencia de una nave suspendida en el aire, justo encima de él.
Ilustración de Manuel Orenes Valladolid
Un destello verde intenso procedente de la nave iluminó el fósil. Entonces, algo imposible ocurrió. El fémur del dinosaurio pareció adquirir el aspecto que tendría en vida del animal. Se añadieron músculos, tendones y vasos sanguíneos. A continuación, se reconstruyó la totalidad del animal cubriéndose finalmente con una piel rugosa, dotada de preciosos tonos verdes. El enorme dinosaurio se levantó del suelo y dando un par de pasos, elevó su cabeza y profirió un formidable rugido. Jorge contemplaba incrédulo al animal cuando sintió que alguien le hablaba dentro de su cabeza. "No te alarmes, lo que estás viendo es una reconstrucción holográfica tridimensional de la anatomía, apariencia y patrones de comportamiento de un titanosaurio. Hemos realizado un escaneado completo del subsuelo de la zona y nuestros programas informáticos han reconstruido todos los organismos cretácicos que conservan fósiles en los sedimentos".
- "¿Quienes sois?", pensó (preguntó) Jorge.
- "Somos una civilización de científicos de otro planeta. Llevamos mil años estudiando el universo y formamos una gran confederación de planetas. Cada uno de ellos está dedicado a una ciencia. Nuestro grupo procede del Planeta de la Paleontología. Conocemos la historia de la vida de miles de mundos, incluido el tuyo".
- "Quiero ser paleontólogo" pensó Jorge.
- "Entonces lucha por ello. Tu profesión llenará tu vida y le dará pleno sentido" le contestó el habitante del Planeta de la Paleontología.
JOSÉ LUÍS SANZ
Cuento extraído del libro "Tierra de Dinosaurios" editado en 2009 por la Diputación Provincial de Cuenca y del que ya se habló por aquí.
Entrada compartida con El cuaderno de Godzillin.
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