Superhéroes y dinosaurios (III): Gil Kane

Nacido en Letonia, Eli Katz (1926-2000) es más conocido por su pseudónimo, Gil Kane. Renovador de los superhéroes y pionero de la novela gráfica, en 1974 ideó a Puño de hierro (con Roy Thomas) y a Stegron, el hombre-dinosaurio (Marvel team-up #19), como vimos en el post dedicado a Len Wein. Pero para entonces, Kane llevaba ya muchos dinosaurios dibujados a las espaldas… Entre la infinidad de historias que ilustró para la revista Strange adventures de DC hemos encontrado unas cuantas con terribles lagartos de descomunales mandíbulas, como The girl from the diamond planet (1951, guión de John Broom).

Volvió a colaborar con Broom en Green lantern #30 (1964), cuya portada firmó junto a Murphy Anderson

No obstante, la mayoría de esas historias fueron escritas por Gardner Fox (1911-86), como The time killer (1953), The life battery (1957), Secret of the dinosaur skeleton (1962) o The maze of time (1963). También dibujó para DC la portada y las viñetas interiores de Adventures of Rex the Wonder Dog # 11 (1953, guión Bob Kanigher).

En Four Color de Dell Comics adaptó la última versión cinematográfica del clásico de Conan Doyle The Lost World (1960, guión Paul S.Newman), de la que puedes leer algunas páginas aquí.

Newman era el guionista habitual de Kona (1962, Don Segall/ Sam Glanzman en Four Color #1256), serie ambientada en un mundo prehistórico perdido para la que Kane dibujó esta portada allá por 1965

También en Dell, creó al breve Brain boy (1962, con Herb Castle), que en su tercera entrega se las vería contra El monstruo congelado… justo lo que estás pensado, como puedes leer aquí. En 1975 ilustró otras portadas con dinosaurios, para las publicaciones de Marvel Skull the slayer #2, Jungle action #14 (junto a Pablo Marcos) y Jungle action featuring the Black panther v2 #17 (con Frank Giacola).

Entre sus últimos trabajos podemos destacar la adaptación de Jurassic Park en 1993 para Topps Comics, con Walt Simonson y George Perez. Dada la trayectoria de Kane, de la que con toda seguridad nos hemos dejado cosas en el tintero, no se nos ocurre nadie mejor para encerrar en viñetas el último clásico mesozoico del siglo XX.