lunes, 21 de junio de 2021

Dinocómics (X): Tirano

Ya hemos dedicado una entrada a Steve Bissette, así que vamos a ahorrarnos las presentaciones. En 1985 produjo con Rick Veitch la antología Bedlam (Eclipse), en cuyo segundo número publicó su cómic protagonizado exclusivamente por dinosaurios “Scraps” (1980, 7 páginas), claro antecedente de Tyrant.

Según el autor, Alan Moore le acabó de ayudar a darle el enfoque definitivo al guión cuando Steve pasó tres o cuatro días con él en su última visita a Inglaterra. Alan estaba bastante emporrado y, metiéndose en la piel del protagonista, llegó a la conclusión de que lo único que le importaría sería “esto es carne y esto no”.

La maldición bíblica "Parirá con dolor" alcanzó a las tiranosaurias

A través del sello Spiderbaby Grafix, Steve autopublicó la “epopeya dinosauriana” Tyrant (1994), en la que narra la experiencia de la maternidad de una Tyrannosaurus rex y que fue nominada al premio Eisner el siguiente año.

"¿A qué viene tanto grito?" se pregunta este oviraptor

En la primera entrega, Bissette nos sumerge de lleno en el hábitat de la protagonista. Aquella mañana, los gemidos de la terópodo poniendo sus huevos hacen estremecer a todos los habitantes del bosque... y llaman la atención de un oviraptor.

La segunda entrega se titula "Blood and Berries"

A lo largo del segundo cuadernillo vemos la infinidad de peligros que acechan a los huevos: desde el propio oviraptor hasta insectos o roedores...

Tyrant en estado fetal

La tercera entrega es mi favorita y, a mi juicio, una genial osadía de Bysette, que se atreve a ilustrar gráficamente todo el desarrollo embrionario de las crías de tiranosaurio con tales dosis de realismo que cuesta creer que no se haya documentado con unas imposibles ecografías.

¡Ya están aquí!

Por fin, en el cuarto episodio, "Dreams and Bones", asistimos al feliz nacimiento de la prole de nuestra tiranosauria, entre los que se encuentra Tyrant, que en inglés puede traducirse como “tirano” pero también se usa en sentido figurado para referirse a un crío difícil como “mocoso” o “maleducado”, lo que no sé si fue expresamente buscado por el autor. El oviraptor llega cuando acaban de eclosionar los huevos, pero no está dispuesto a renunciar al bocado. Pero, cuando el manjar no consiste en infelices crías de hadrosaurio, hay que andarse que ojo...

Lamentablemente, al colapsar el sistema de distribución, la historia de nuestra tiranosauria quedará inconclusa tras el cuarto número. Bissette proyectaba un total de seis, que recopilaría cuando estuvieran todos publicados. Finalmente, algo desencantado y pensando en alimentar a su propia familia, en 1999 Steve acabó retirándose del mundillo, así que nos quedamos sin saber qué pasó después… Bueno, no del todo, porque dejó los dos últimas entregas abocetadas y en esta entrevista nos ha desvelado algunas claves de la continuación de la historia:

La camada de nuestra tiranosauria tendría personalidades heterogéneas. El menor sería al tiempo el más débil, lo que le llevaría a adoptar conductas carroñeras alimentándose de lo que dejasen sus hermanos; la depredadora más agresiva sería la hermana, que sólo comería animales vivos. En medio de los dos estaría Tyrant, con hábitos alimenticios mixtos. Un cuarto hermano, el que se enganchó a la lengua del oviraptor, muere por su osadía, pero el ruido hace aparecer al padre tiranosaurio... Así, Tyrant #6 acabaría con las tres crías supervivientes durmiendo en el nido en su primera noche en el mundo.

Tyrant y familia, según un dibujo de Bissette de 1995


PALEONOTES (by CarlosDino)

Las viñetas de Tyrant son una auténtica gozada por su calidad, su dinamismo y su nivel de detalle, con unos dinosaurios y unos paisajes maravillosos, ya bien asentado el nuevo look de estos organismos. Es reseñable también aquí, como en algunos casos anteriores, la presencia de dinosaurios emplumados (ese Oviraptor) algunos años antes de que se encontraran los primeros fósiles con evidencia al respecto. Cada vez iba quedando más claro lo estrecha que era la relación entre aves y estas antediluvianas criaturas, y la presencia de protoplumas en algunos de estos dinosaurios parecía cada vez menos descabellada. Unos pocos años más y el registro fósil demostraría lo poquísimo que sabíamos todavía en este aspecto.

No están exentas de fallos estas tiras, eso sí. Nos encontramos una vez más con los típicos anacronismos (no tan gordos como en casos anteriores, pero anacronismos, al fin y al cabo), con Tyrannosaurus (Norteamérica, de 68 a 66 ma) conviviendo con Styracosaurus (Norteamérica, 75 ma) u Oviraptor (Asia, de 75 a 71 ma). A nivel anatómico también se podrían hacer algunas correcciones: de acuerdo que el cráneo original de Oviraptor está incompleto y roto, pero en aquel entonces ya se conocían más ejemplares emparentados que permitían reconstruir una cresta completa, al contrario que la que se ve aquí. De la misma manera, todavía no se conocía material craneal de Quetzalcoatlus, por lo que en la época era habitual ese pico robusto y romo en las reconstrucciones, pero poner a este (o a cualquier otro) pterosaurio con extremidades posteriores con pulgares con capacidad prensil era ya en los 90 (y aún antes) un error enorme. Y sin embargo...¡la de veces que habremos visto en cualquier producto de cultura pop a pterosaurios agarrando a gente con los pies y llevándosela por los aires!




Recuerda, todos los cómics de dinosaurios están en "El Comicsaurio: La historia de los cómics de dinosaurios" editado por Applehead Team. Ya en preventa aquí.

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