jueves, 1 de febrero de 2024

Nomen ignotum (XV): El Gigantosaurio

"Battling the Gigantosaurus" (Tarzan, 1932)

Como sabemos, aunque los dinosaurios tengan un tamaño descomunal y sean verdaderos gigantes de la naturaleza, no existe un dinosaurio válido llamado Gigantosaurus. Lo más parecido es el carcarodontosaurio cretácico Giganotosaurus. Aunque en su día, allá por 1869, Harry Govier Seeley bautizó a un saurópodo como Gigantosaurus megalonyx y Eberhard Fraas añadiera varias especies al taxón (actualmente adscritas a Tornieria), hoy es considerado un nomen dubium.

Naturalmente, un bicho con un nombre así tenía que dar el salto a las viñetas. El primero fue Harold Foster, que incluyó un Gigantosaurio antropófago en la tira dominical de Tarzán entre septiembre y octubre de 1932. Aunque el hombre-mono pelea cuchillo en mano con la bestia, será la proverbial aparición de Tyrannosaurus rex la que le libre de ella...

Marvel Mystery Comics #16

El propio Jack Kirby le incluyó en el equipo que el popular Tyrannosaurus rex lidera para aterrorizar a la ciudad en la historieta de La Visión publicada en Marvel Mystery Comics #16 (1941). A pesar de su condición de saurópodo, “el rey” le ilustra desplazándose de modo bípedo y, para hacerle parecer más amenazador, le retrata con colmillos de vampiro...

 
Tétar-Zan

En el número de L’Épatant del 19 de abril de 1951, los franceses Lortac y Mat presentan en Les aventures préhistoriques de Tétar-Zan al Gigantosaure, que ya no es un saurópodo dudoso sino un auténtico nomen ignotum de aspecto draconiano que, de un estornudo, envía a los protagonistas a por setas en la entrega del 26 de abril. Por cierto, no será el último nomen ignotum de la serie, donde el 3 de mayo encontramos a unos críos columpiándose en un Bal-Hansouar-osaure ("balançoise" es columpio en francés).

El "columpiosaurio" de Tétar-Zan

Víctor Mora echó también mano de Gigantosaurus para el episodio decimocuarto (“Capturados”, 1953) de la versión española del fumetto de ciencia ficción «Il terrore di Allagalla» (Luciano Pedrocchi/Enrico Bagnoli, 1945), que fue bautizada como Al Dany. Sin embargo, el dibujante Francisco Hidalgo no tenía mucha idea de cómo era la criatura y dibujó en su lugar un triceratops. Desde luego, no era un experto en saurópodos, ya que Gigantosaurus (en versión ceratópsida) se enfrenta más tarde con Brontosaurus, al que Hidalgo retrata con el aspecto de un estegosáurido.

Al Dany

El último en utilizar el nombre ha sido el ilustrador infantil británico Johnny Duddle (1979), cuyo libro Gigantosaurus (2014) narra la historia de cuatro pequeños dinosaurios (el parasaurolofus Rocky, el braquiosaurio Bill, la triceratops Tiny y la anquilosaurio Mazu) que juegan a seguir rastros en la selva, aunque sus mamás les han advertido de que deben andar con cuidado, ya que pueden toparse con el gigantosaurio... un terópodo bastante parecido a Giganotosaurus, lo que nos lleva a pensar en un posible lapsus del autor. De ser así, no estaríamos ante un nuevo nomen ignotum sino tal vez ante un nomen... ¿confusum?

Lo cierto es que el éxito del libro ha llevado a su adaptación a serie animada para la televisión por Olivier Lelardoux en 2019, en una coproducción entre los estudios galos Cyber Group Studios y Kaibou, y el canadiense Blue Spirit Studio. También esta versión ha sido del agrado de los más pequeños y se han producido varias temporadas.

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