A la sombra de E. R. Burroughs: Otis Adelbert Kline
Otis Adelbert Kline (1891-1946) y su padre eran aficionados a la paleontología que se entusiasmaban cuando conseguían fósiles marinos y fantaseaban con el posible origen extraplanetario de antiguas civilizaciones: “Fue con este trasfondo que empecé mi primera novela en 1921, una historia de aventuras en el planeta Venus. Lo llamé Grandon de Terra, pero el nombre fue cambiado más tarde a The Planet of Peril.” [1]
El protagonista de The Planet of Peril, Robert Grandon, intercambia su mente con un habitante de un Venus donde la baja gravedad ha favorecido la existencia de árboles gigantes y monstruos con aspecto de dinosaurio. Grandon es capturado, escapa y acaba dirigiendo un ejército de rebeldes y tomando a una princesa por esposa.
Tras un largo peregrinaje editorial [2], en 1929 consiguió que aceptara a publicarla por entregas la veterana del pulp [3], Argosy, cuya estrella era E.R. Burroughs, a quien Kline admiraba, habiendo sido su modelo para decidirse a escribir [4].
The Planet of Peril fue un éxito que provocó dos secuelas (The Prince of Peril en 1930, ya en Weird tales, Port of peril en 1932) y posibilitó la aparición de nuevos relatos de Kline en la revista, como Maza of the Moon (1929-30), The Call of the Savage (1931) y su continuación Jan in India (1935), y The Swordsman of Mars (1933) y la secuela The Outlaws of Mars (1933).
En Maza of the Moon, el inventor Ted Dustin diseña un arma enorme que dispara a la Luna, movido por un premio, pero provoca un conflicto con los selenitas por lo que acaba viajando al satélite en una nave espacial de su invención. La selva que aún sobrevive en el fondo de los cañones lunares está también plagada de vegetación extraña y reptiles gigantescos.
De sus novelas marcianas, la más exitosa fue The outlaws of Mars, en la que el desafortunado Jerry Morgan logra una segunda oportunidad en Marte. Conoce a una princesa y mata a la temible bestia marciana que parece estar amenazándola, y que resulta ser en realidad su mascota.
Jan, el protagonista de la novela selvática Call of the Savage, llega a una tierra fantástica poblada por animales prehistóricos y una civilización descendientes de colonos de los continentes hundidos de Lemur, Um y Atlantis. Condenado a ser sacrificado al dios cocodrilo, Jan mata al monstruo y emprende la fuga, en la que deberá evitar a feroces dinosaurios y otros monstruos primitivos. En 1935, The Call of the Savage y Jan in India pasaron a serial de 12 capítulos en Universal, dirigido por Lew Landers, recopilados en el largometraje Savage fury (1956). Enrico Bagnoli lo trasvasó a viñetas en Rangers Comics #42-63 (1948-52, Fiction House).
En "The Kline-Burroughs War" ( Science Fiction News , noviembre de 1936), Donald A. Wollheim sostiene que Planet of peril y sus secuelas provocaron la ira de Burroughs, entendiendo que Kline había plagiado su saga marciana, ambientándola en Venus, a raíz de lo cual el creador de Pellucidar contraatacó creando su propia saga venusiana, provocando a su vez que Kline situara sus nuevas novelas directamente en Marte. Finalmente, según esta teoría, también habrían sido objeto de conflicto las novelas selváticas de Kline, que habrían tomado por modelo a Tarzán.
Sea como fuere, el caso es que Kline abandonó temporalmente la escritura para centrarse en su labor como agente literario. Desde 1933 representaba a Robert E. Howard (1906-36), padre de Conan el bárbaro, y se ha apuntado que tal vez su pluma pudo contribuir a terminar su obra póstuma Almuric, editada en 1939, año del que data también el relato de Kline “Race arond the moon”, publicado en un Thrilling Wonder Stories con esta portada tan del gusto de nuestro blog.
En 1963 P. Schuyler Miller (“The referente library”, en Analog, p.91) y Sam Moskowitz (Explorers of the Infinite) insisten en la tesis de Wollheim. Sin embargo, en 1965 Richard A.Lupoff (Edgar Rice Burroughs: Master of Adventure) la desacreditó basándose en la ausencia de comentarios publicados por ninguno de los protagonistas de la supuesta disputa y los testimonios de sus familiares en el mismo sentido. Finalmente, consiguió en Wollheim admitiera que todo había sido invención suya.
Con todo y con eso, todavía en 1990 E.F.Bleiler (Ciencia-ficción: Los primeros años, Ken State University Press, p.409) habla de “imitación” de E.R.Burroughs.
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[1] Kline, O.A.: “Writing the fantastic story” (The Writer, 1930).
[2] Presentó el manuscrito (noventa mil palabras) a la revista de Hugo Gernsback Science and Invention que, además de artículos científicos, había publicado algún relato pionero de ciencia-ficción. Pero había poca ciencia en el relato y fue rechazado. Cuando J.C. Henneberger lanzó Weird tales (1923), Kline probó suerte de nuevo, pero el editor Edwin Baird le dijo que era un relato demasiado extenso y le animó a probar suerte en Argosy. Desanimado, se centró en escribir relatos cortos hasta que terminó animándose a seguir el consejo. Pero el editor, Bob Davis, iba a publicar una historia de Ralph Milne Farley ambientada en Venus. De modo que continuó enviando el manuscrito por todo el país hasta que Joseph Bray, de AC McClurg & Co. aceptó publicarla si primero la serializaba en una revista. Así que consultó al nuevo redactor de Argosy, A.H.Bittner, que la aceptó y Bray firmó al mes siguiente.
[3] Revistas editadas en papel barato a base de pulpa de madera que impulsaron la ciencia-ficción o el género negro.
[4] En la introducción de la edición de ACE en 1960 de The swordsman of Mars, Vernell Coriell dice: “Aunque escribieron para los mismos editores y trabajaron con los mismos estudios cinematográficos, Kline nunca quiso competir con Burroughs. Admiraba al autor, y era su entusiasmo por ese tipo de historias lo que le inspiró a crear su propio universo de planetas peligrosos, poblados de intrépidos protectores planetarios y estimulantes sirenas.”
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