viernes, 16 de octubre de 2020

Los mundos prehistóricos de Albert Robida


Albert Robida (1848-1926) fue un dibujante y novelista de ciencia-ficción francés. Junto al editor George Decaux fundó La Caricature [1] (1880-1904), donde comenzaron autores como Emmanuel Poiré “Caran d’Ache” (1959-1909), pionero del cómic y la novela gráfica [2].

En el número 224 (12 de abril de 1884) encontramos la pre-historieta de Robida “Histoire d’une ville à travers les àges”, sin continuidad de personajes, en cuya primera viñeta –que ocupa toda la portada- vemos a una damisela defenderse de un saurio marino mientra otra es raptada por un pterosaurio. 

Robida es también autor de “Une bonne partie de chasse à l’Ere Tertiaire”, en la que un cazador persigue diversos dinosaurios y otra fauna extinta, y que el blog del Musée des Dinosaures de Espéraza [3] presenta como, posiblemente, “el primer cómic de dinosaurios”, sin aclarar tampoco en qué revista ni qué año apareció, aunque lo cree anterior a 1905 y posterior a 1886, ya que a través de diversos ejemplos el blog del Museo explica cómo la principal influencia gráfica del dibujante fue Le Monde avant la création de l’Homme, editado ese año por Camille Flammarion. 

Pero, además de sus cómics, hemos indicado que Robida cultivó la literatura de ciencia-ficción. En sus novelas podemos encontrar ejemplos de anticipación similares a los que aparecen en las de su compatriota Julio Verne, si bien ya no se trata de descubrimientos o inventos de sabios aventureros sino que están integrados en la vida de la gente común: Ya en su ilustración La Guerre au vingtième siècle, campagne de Jujubie (1869) nos muestra una guerra a base de misiles robotizados y gas asfixiante. En su novela La Vie électrique (1892) idea el téléfonoscopio, pantalla mural que difunde información y entretenimiento a todas horas, o la fonoclichoteca, especie de biblioteca digital de audiolibros. Previó la emancipación de la mujer, el turismo de masas o la asfixiante polución. Antes que H.G.Wells inventó una máquina del tiempo en Jadis chez aujourd’hui (1890)... pero no corráis tanto, no encontraremos dinosaurios ya que tan sólo viaja unos siglos atrás.

   
Astra, una isla con fauna del Mesozoico 

La que nos interesa más especialmente es su última novela, Un chalet Dans les airs (1925), que narra las desventuras del parisiense del siglo XXX M. Cabrol, que se embarca en un viaje a bordo de su casa aérea, alimentándose a base de píldoras. Una de sus escalas será la isla de Astra, formada por un fragmento de un planeta menos avanzado en su evolución que la Tierra caído en el océano y poblado por animales propios de la Era Secundaria. Los que más guerra darán a Cabrol son los pterodáctilos, que les perseguirán con bastante inquina. Puedes leerla aquí (en francés). 



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[1] Charles Philipon editó otra revista con ese título en 1830, a la que contribuyeron Honoré Daumier, Grandville, Gavarni, Jules David o Balzac. En 1832 cerró, atosigada por la censura, y Philipon la sustituyó con Le Charivari. A partir de 1839, Philipon imprimió la primera colección de cómics, la colección Jabot, copiando las obras del suizo (sí, los derechos de autor no significan mucho por aquel entonces) y después con álbumes originales de Cham.
[2] Comenzada en 1894, Maestro iba a constar de 360 páginas de las que sólo pudo completar un tercio, inédito hasta 1999.
[3] Departamento del Aude, Languedoc-Rousillon, a poco más de cien kilómetros de Andorra.

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