lunes, 27 de febrero de 2023

Los mundos prehistóricos de Carl Critchlow

En 1963, el álbum debut de The Beatles lanza al estrellato a la banda de Liverpool, que en esa época contaba algo menos de 700.000 habitantes (hoy no llega a medio millón). Ese mismo año, en la patria chica de los Fab Four nacía Carl Critchlow. Suponemos que de niño pasearía por Penny Lane y pasaría alguna vez frente a Strawberry Field, la finca del Ejército de Salvación donde jugaba Lennon de pequeño. Y eso de que un grupo de tu pueblo lo pete en todo el mundo debe ser bastante vacilón.

 
Grandville, de Bryan Talbot

A Carl le encantaban los cómics, en particular las ilustraciones de Frank Frazetta. También le gustaba dibujar, así que decidió estudiar arte y contó con un profesor bastante especial: Bryan Talbot (1952). Aún no era un dibujante de cómics famoso, pero a los efectos del blog debemos recordar que colaboró en la serie del dinosaurio inteligente Henry Phage de Neil Gaiman con Shadow Death (1996) y es el creador del thriller steampunk con terópodos matones Grandville (2009). Según las propias palabras de Critchlow: “me presentó muchas más cosas, desde dibujantes de cómics europeos como Moebius y Philippe Druillet hasta leyendas estadounidenses como Will Eisner y Alex Toth”.

Pero vamos a dar un pequeño salto hasta 1983, cuando los Beatles ya hacía tiempo que se habían separado y un loco había hecho imposible la reunificación frente al edificio Dakota, en la esquina de la calle 72 de Nueva York. Ese año, Carl debuta en el número #45 de la revista de la casa de juegos de mesa Games Workshop White Dwarf, con su parodia de Conan, Thrud the Barbarian. La serie (una página por número) fue votada durante tres años como la más popular por los lectores. Lógicamente, el autor le cogió cariño y, años más tarde, cuando ya era un dibujante consagrado, autoeditó una cabecera dedicada al personaje, de la que vieron la luz cinco números entre 2002 y 2007.

Sir Percival y sus caballeros encuentran a Thrud

En el primer cuadernillo, Thrud se detiene a echar una siestecita a la sombra de un árbol. Sir Percival Pursuivant y sus siete magníficos, un grupo de caballeros que montan a lomos de dinosaurios, le ven allí tirado y, pensando que le sucede algo, se acercan con el fin de auxiliarle. Al despertarse, el bárbaro cree que se trata de bandidos y decapita al que tiene más cerca con su hacha, provocando la estampida del resto del grupo.

El templo del sol saurio

Thrud comparte su última revista con unos dinosauroides antropomorfos tocados con penachos de plumas como los de los indios americanos que adoran a un oscuro dios en una pirámide de estilo azteca (al parecer, no nos habían contado bien la historia de la conquista). Alrededor de este luctuoso templo que vemos sobrevolar pterosaurios como si de buitres al acecho de carroña se tratara. El bárbaro utilizará a uno de ellos para escapar del lugar, saltando entre sus alas.

En 1984, Critchlow dio el salto a los cómics convencionales y pronto se convirtió en una joven promesa del clásico de ciencia-ficción británico y superviviente de la era de los grandes cómic-books europeos: 2000 AD. De su trabajo allí debemos destacar su trabajo en la saga mesozoica británica por excelencia, Flesh, para la que ha ilustrado la serie The Legend of Shamana (2000 AD #800–808 y #817–825, con Pat Mills, 1992–1993) y la historieta “Flesh 3000 A.D.” (2000 AD #1034, 1997).

Las leyendas de humanos criados por animales son una tradición desde la más remota antigüedad, cuando servían para justificar cosmogonías y enraizar en el mito a pueblos como los tartessos, cuyo rey Habidis, fruto del estupro, fue abandonado y amamantado por perras, o los romanos Rómulo y Remo, adoptados por una loba. A finales del siglo XIX y comienzos del XX, volvió a retomarse por algunos novelistas que estaban revisando el mito buen salvaje de Rousseau, y en la mente de todos están personajes como Mowgli o Tarzán. Shamana enlaza en esta tradición, pero ella es una humana criada por dinosaurios, seres supuestamente extintos y poderosos como no ha habido otros jamás. La capacidad de raciocinio de Shamana le permite comprender que la única manera de vencer a las corporaciones que están explotando a los dinosaurios, masacrándolos cruelmente para medrar en el mercado alimenticio es unir en una alianza consistente a herbívoros y carnívoros.

 
2000 AD #802 (1992)

El espectacular dibujo y color de Critchlow habla por sí solo, pero tal vez no esté de más recordar al ver a esos raptores emplumados en 1992, que la primera evidencia de plumas en dinosaurios no avianos no apareció hasta cuatro años más tarde. Incluso se atreve a dar el mismo tratamiento a un gran terópodo con un cuerno en la nariz (¿Ceratosaurus?).

Critchlow también trabajó para las grandes editoras de cómic-book norteamericanas. En DC ilustró a Batman, aunque a nosotros nos interesa más un personaje menos conocido: Lobo (Omega Man #3, 1983), un extraterrestre cazarrecompensas con bastante mala uva y mucha sorna. Carl le dibujó en “Bomandi, the Last Bo on Earth” (1997), con guiones de Alan Grant. Violencia, desnudez, palabras malsonantes... el cómic lo tiene todo para que los papás eviten comprárselo a sus niños, pero resulta hilarantemente desbocado.

Las parodias se suceden en el episodio: la primera página evoca a Kamandi de Kirby y también encontramos un homenaje a El valle de Gwangi, entre otros guiños, como la figurita de “Jurassik Porc” [1] que lleva al acompañante del profesor Challenger a recelar de su afirmación de que su expedición era la primera en llegar a ese mundo perdido.

¡Aparte de ser un personaje de Jurassic Park, Alan Grant es el nombre del guionista de este tebeo!

De nuevo en 2000 AD, Critchlow ideó junto a Simon Spurrier al curioso personaje Lobster Random (2000 AD #1342, 2003), un soldado genéticamente modificado para no sentir cansancio ni dolor y que tiene unas enormes pinzas de langosta a modo de segundo par de brazos. En la novena parte del episodio “The Agony and the Ectasy” (2000 AD #1490, 2006), Lobster comparte viñetas con dinosaurios.

Para despedirnos, te dejamos con la portada que Critchlow dibujó para 2000 AD #1856 (2013), que incluía la séptima entrega del episodio de Flesh “Badlanders”. Pero si te has quedado con ganas de más, aquí puedes acceder a la galería de arte de Carl.

Ilustración de Critchlow para la portada de 2000 AD #1856

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[1] The Lost World se estrenó en USA en mayo de 1997 y en la portada del tebeo leemos que la edición es de abril.

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