Los mundos prehistóricos de José Escobar
Hace ya unos añitos de la entrada que publicamos sobre la presencia de dinosaurios en la factoría Bruguera, el clásico español de humor. Sin embargo, olvidamos hablar allí de uno de los grandes del cómic (y la animación) españoles, y hoy venimos a corregir esta falta y a declarar nuestra devoción por José Escobar Saliente, que tantas horas de entretenimiento aportó a nuestra infancia.
Nacido en Barcelona en 1908, a los seis o siete añitos se traslada a Granollers, donde su padre ejercerá como funcionario de Correos, profesión que acabará heredando, como recadero a los catorce años y ya por oposición en 1925. Pero lo que a José le gustaba de verdad era el teatro (formó parte de una compañía de aficionados) y dibujar. Tras ganar un concurso de la revista Virolet, comienza a colaborar con diversas editoriales, entre ellas El Gato Negro, conocida tras la Guerra por el apellido de los editores, la familia Bruguera. También fue pionero de la animación española, realizando algunos cortos.
Al acabar la Guerra, fue depurado en la Modelo por haber colaborado en una revista satírica. Allí se ganó la simpatía de sus carceleros gracias a sus dibujos y, pese a estar condenado a seis años, salió en régimen de libertad vigilada a finales de 1940. Se dedica entonces a la animación en las grandes productoras de posguerra, primero en Hispano Grafic Films y luego en Dibujos Animados Chamartín (o más tarde Estela Films). Pasa luego a la industria juguetera, patentando el proyector de juguete “Cine Skob”. Y en 1944 vuelve a publicar viñetas, en Hispano Americana de Ediciones.
Cuña publicitaria de "Cine-Skob", para el que Escobar animó a sus personajes clásicos
Su etapa más interesante comienza con la resurrección en 1947 por parte de Editorial Bruguera de su emblemática revista Pulgarcito (1921). La revista alcanzó una tirada media de 45.000 ejemplares, éxito incuestionable en una época de privación y carestía absoluta, y dará pie a Superpulgarcito (1954). Animada por el éxito, la editora impulsó muchas otras revistas en las que sortea la censura desarrollando una popular iconografía e innovadores recursos expresivos: extrema deformación caricaturesca, invención de un vocabulario jocoso que trasciende al habla popular y tipificación de personajes tremendamente crueles o frustrados.
Escobar forma parte del equipo fundacional del nuevo Pulgarcito, para el que creará sus personajes más emblemáticos: Zipi y Zape (1947) y Carpanta (1948). También intentó la aventura independiente autopublicando con varios colegas la revista Tío Vivo (1951), que fue finalmente absorbida por Bruguera.
Super Carpanta #23 (1979)
La censura tenía a Escobar bajo el punto de mira, llegando a suprimir su serie Doña Tula, suegra (1951) por “atentar contra la sagrada unidad del matrimonio” y obligó a suavizar Carpanta, pues era inaceptable mostrar que la gente pasara hambre en España. Pero la popularidad de la serie era demasiado grande para suprimirla: en 1960 fue trasladada a televisión como serie con actores.
Super Carpanta #12 (1978)
El volumen recopilatorio (gracias por el aviso, Zaín) que se acaba de editar con motivo del 75 aniversario de Carpanta incluye las portadas que vemos arriba de la revista de finales de los 70 Super Carpanta en las que vemos como el eterno hambriento corre a prepararse un caldito con un hueso apendicular de saurópodo o sale corriendo al eclosionar el huevo con el que iba a darse un festín y emerger una especie de estegosáurido.
La historieta a la que pertenece esta viñeta, incluida en el mismo volumen, gira como tantas del personaje en torno al ansiado pollo asado, pero al final resulta ser un hallazgo paleontológico... Aunque no se nos aclara nada más, así que ignoramos si el dinosaurio original se asó fortuitamente en algún volcán o la especie a la que pertenecía.
"El tonel del tiempo" y otro nomen ignotum para nuestra colección
En 1971, Zipi y Zape consiguieron su propia revista en Bruguera y también acabarán siendo encarnados por actores en varias ocasiones [1], además su mayor recorrido ha permitido que protagonicen videojuegos y la productora BRB les dedicó una serie de animación. Ese mismo año, en la revista Mortadelo, Escobar publicó la aventura de Zipi y Zape “El tonel del tiempo” (1971), con el que los gemelos viajan a la época de los dinosaurios.
De sacar calabazas en el cole a usarlas para domar a un dinosaurio sólo hay un paso ("Dos milenios de Zipi y Zape")
Además, los gemelos harán objeto de sus travesuras a un dinosaurio en la breve “Dos milenios de Zipi y Zape”, recopilada en Superhumor: Escobar, rey de la historieta (1984), en cuyo segundo volumen comparten una historieta con Hug, el troglodita.
El crossover brugueriense entre Zipi y Zape y Hug el troglodita
Escobar continuó trabajando en Zipi y Zape hasta su fallecimiento en 1994. Con el cambio de siglo, Joaquín Cera y Juan Carlos Ramis
trataron de resucitarlos, sin mucho éxito. Eso sí, nos dejaron el álbum “Robinsones Zapatilla” (2001), en el que la familia naufraga en una isla en la que se efectúan experimentos genéticos para resucitar dinosaurios.
"Robinsones Zapatilla"
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[1] Las aventuras de Zipi y Zape (Enrique Guevara, 1981), a la que sigue Zipi y Zape y el club de la canica (Óscar Santos, 2013).
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