martes, 4 de julio de 2023

Leaping Laelaps

Edward D. Cope había concebido originalmente al terópodo tiranosauroide Laelaps (hoy Dryptosaurus [1]) como un depredador sedentario, aunque bípedo, pero al final de su vida comenzó a imaginar a los dinosaurios carnívoros como capaces de una mayor agilidad. Poco antes de su muerte en 1897, contrató al paleoartista Charles Knight para reconstruir en vida a algunos de sus descubrimientos, entre los que se encontraba Laelaps aquilunguis. Knight supo reflejar en su trabajo a la perfección las intuiciones de Cope sobre los dinosaurios activos, adelantándose en más de setenta años a la “Dinosaur Renaissance” y el resultado es una obra maestra que, 125 años después, sigue siendo insuperable.

"Modelos de vertebrados extintos" (Osborn, 1898)

Aunque Henry F. Osborn no compartía esta visión de Cope y llegó a definir la obra de Knight como “extreme example of a highly conjectural restoration” [2], terminó utilizando “Leaping Laelaps” para ilustrar uno de sus artículos [3]. Tal vez la ciencia todavía no estaba preparada para aceptar que los dinosaurios pudieran seres ágiles como los mamíferos, muy alejados del modelo lacertoide instalado el paradigma científico imperante, pero el mensaje de Cope y Knight era altamente sugerente y no resultaba fácil renunciar a sus provocativas implicaciones.

Mar y Tierra, 24 de marzo de 1900

En España, “J. Vehil” reprodujo la famosa ilustración en un grabado para “Los monstruos antediluvianos” (Mar y Tierra, 1900), y volvieron a ser fusilados en 1902 en La Verdad (Tortosa) o El Mundo Científico. Ya bajo la denominación de “Driptosaurios”, volveremos a verlos en “Los dinosaurios carnívoros de la edad de los reptiles” (Juventud Ilustrada, 1906).

Juventud Ilustrada, 3 de noviembre de 1906

Seguramente, “Leaping Laelaps” sea la obra de paleoarte más popular e influyente de todos los tiempos. La anticipación de Cope, que el artista supo reflejar con una clarividencia encomiable, conquistará inmediatamente el corazón del público y estará latente en el imaginario colectivo, alimentado periódicamente por montones de réplicas en los mundos de la cultura popular (y muy particularmente, en el cómic), para llegar un día a asentarse como idea científica consolidada y cambiar nuestra visión del Mesozoico. Por supuesto, al no existir fotografías más que de sus huesos fósiles, la labor de reconstrucción en vida de los dinosaurios por los paleoartistas es la principal fuente gráfica de la que han bebido los dibujantes de cómics.

Les escapades d’un écolier préhistorique

En Les escapades d’un écolier préhistorique (1906), posiblemente obra de Paul Dufresne, encontramos una de las primeras versiones en viñetas de los driptosaurios de Knight.

Alley Oop

V.T. Hamlin presentó a Tyrannosaurus rex en Alley Oop a comienzos de 1933 con aspecto de ceratosaurio. El artista reparará su error empezando a documentarse: el 3 de abril de 1933 ese año fusila uno de los Laelaps de Knight.

El siguiente año, será el portadista de la revista pulp Wonder Stories, Frank R. Paul, el que tome prestado a un driptosaurio saltarín, como ya te contamos en su día.



Dos viñetas de El Puma #6

En «La invasión de los monstruos» (El puma #6, 1947), Boixcar los fusiló por partida doble, copiando la versión original y aplicando el modelo a un hadrosaurio saltarín. Pero la influencia de los Laelaps de Knight sobre Boixcar va más allá de la mera imitación. El dibujante de cómics supo captar la idea subyacente en la ilustración del paleoartista: los terópodos no eran torpes lagartos de sangre fría que pasaban las horas inmóviles al sol, sino depredadores activos y ágiles. En la misma entrega de la serie, Boixcar presenta a un saurópodo a cuyo cuello se agarra el Puma cual garrapata y, en un alarde de agilidad que tal vez habría sido muy comprometido para un saurópodo real, se sacude al intruso de un golpe de cervicales, arrojándolo a los árboles cercanos.


Crash Carew

Los artistas de cómic británicos son unos verdaderos apasionados de la obra de Knight. Hemos encontrado unos cuantos ejemplos de su devoción por los “Leaping Laelaps” en los 40, los 50 y los 60, comenzando por la versión ceratosauria del episodio de Crash Carew, Daredevil of the Stratrosphere publicado en Comic Adventures vol.2 #4.


Budd Ray

En Thrill Comics #21 (c. 1940-1950), Budd Ray acude en rescate de un científico perdido y se encuentra a Tyrannosaurus imitando a los driptosaurios saltarines, que en New Funnies #30 (c. 1940-1951) Jock Mc Cail fusila tal cual en su serie Bring Em In, Hank.


Bring Em In, Hank

En “The Magic Eye” (Funnies Album, 1956) encontramos una versión protagonizada por un megalosaurio con placas dorsales.


“The Magic Eye”

En 1969, Denis McLoughlin realizó su propio homenaje en esta viñeta de Saber, King of the Jungle, que casi se nos pasa de largo al estar bien integrado en el conjunto de la escena.


Saber, King of the Jungle


“The Hidden Monster”

En cuanto a los comic-books norteamericanos, el tiranosaurio que dibujó Giovanni Ticci para “The Hidden Monster” (Turok #25, 1961) tiene tres dedos más un pulgar oponible, trepa a los árboles y salta al estilo de los Laelaps de Knight.


Superman Special

Más recientemente, nos ha parecido encontrar el eco de una posible inspiración en el driptosaurio saltarín de Knight (girando la perspectiva 90º) en esta viñeta de Scott Godlewski para Superman Special (2018). Aunque tal vez sea sólo cosa nuestra, ¿a vosotros qué os parece?

Ya fuera del mundillo del cómic, en la web del Museo de Ciencias Naturales de Carolina del Norte puedes adquirir esta ilustración del artista local Stacey Lewis, que deconstruye la acuarela de Knight, haciendo el recorrido inverso al que siguió el paleoartista: del animal vivo al fósil.

Esa fue también la idea del escultor Skye McDavid, cuyo trabajo se expone en el Museo del Estado de Nueva Jersey.

Recuerdo del AMNH

La obra de arte original cuelga en el AMNH en Nueva York, junto a algunas de las otras pinturas de Knight. Es bastante pequeña y se pasa por alto fácilmente en la gran sala de dinosaurios. Allí te venden un pin de recuerdo, pero si quieres, aquí puedes conseguir cojines, pósters, puzles, tazas, toallas, fundas de móvil, camisetas o mascarillas.

El mejor desayuno, siempre con dinosaurios

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[1] Como sabrás, el nombre Laelaps deriva de un perro de la mitología griega (Λαῖλαψ: lit. “viento de tormenta”) y se declaró inválido, debido a que ya se había utilizado para nombrar a un género de ácaros.
[3] Osborn, H. F. (1898) "Modelos de vertebrados extintos", en: Science, vol. 7, pp. 841-845.

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