jueves, 30 de abril de 2020

Las criaturas mesozoicas de Kristian Bay Kirk

Kristian Bay Kirk es un ilustrador danés graduado en narración gráfica por The Animation Workshop en 2017. Ha publicado varios cómics y ha estado implicado en el diseño de varias exposiciones de instituciones como el Moesgaard Museum o el Knuthenborg Safaripark, pero su gran fascinación han sido siempre los dinosaurios. Por ello, trata de dibujarlos como criaturas elegantes, similares a sus descendientes los pájaros, casi siempre de forma tradicional, y en alguna ocasión valiéndose de métodos digitales. A continuación dejamos una muestra de su trabajo, aunque puedes ver más de su obra aquí.




















miércoles, 29 de abril de 2020

Sharkasaurus (2014)

Vayamos por partes. En 2014, el guionista y director canadiense Spencer Estabrooks realizó el cortometraje "Sharkosaurus", en el que una paleontóloga, la doctora Janet Jones (interpretada por Julie Orton), revive accidentalmente a una criatura prehistórica: un Sharkasaurus. Exacto, mitad tiburón, mitad dinosaurio. Para combatir a esta bizarra amenaza pretérita, deberá hacer equipo con su archienemigo, el reverendo Matthews, un virulento creacionista al que da vida Michael Shepherd. El resultado es el siguiente:



El cortometraje de Estabrooks fue el primer proyecto de la productora Telus Storyhive y esta loca mezcla entre ciencia y fe con su dosis justa de cutrez tuvo un inesperado éxito, ya que llegó a varios festivales de cine obteniendo buenas críticas y algún que otro premio.

En 2017, el propio Estabrooks adaptó al cómic "Sharkosaurus", que fue editado por Renegade Arts Entertainment. Junto al dibujante filipino Jethro Morales, ideó una trama en la que de nuevo, fe y ciencia chocaban frontalmente cuando la promiscua hija de un creacionista viudo se enamora del hijo emo adoptado de una paleontóloga lesbiana. Sin que se den cuenta, un Sharkosaurus deja su estado de hibernación para dejar un rastro de muerte y destrucción en 'Heavenly Holes', un campo de golf temático creacionista.

De nuevo, la historia estaba cargada de sátira, increíbles escenas de muertes y frases épicas. Los personajes, intencionadamente estereotipados, resultan héroes imperfectos que deben aparcar sus diferencia ideológicas para no sucumbir a las fauces de la bestia prehistórica. Al igual que el cortometraje, permitió a su autor viajar por diferentes festivales de cómics. A continuación dejamos un vídeo y varias imágenes del cómic:




¿Impresionado/a? Bien, pues el fenómeno Sharkasaurus no se queda aquí y Spencer Estabrooks ya está trabajando en una segunda parte en celuloide. Se titula "The Ballad of Sharkasaurus" y la historia está ambientada en el lejano Oeste, más concretamente en 1885, cuando unos mineros excavan demasiado profundo en las tierras baldías de Drumheller y liberan involuntariamente a Sharkasaurus. Ahora, solo Betsy Tyrell se interpondrá entre la fiera criatura y la defensa de su amada ciudad.

Por lo visto, la productora ha recibido dinero para llevar a cabo el cortometraje, pero han tenido que recurrir a una campaña de crowdfunding para financiar la figura animatrónica de casi cuatro metros del tiburón-dinosaurio.

El encargado de concebir esta criatura prehistórica híbrida es Brian Cooley, que tiene más de tres décadas de experiencia creando dinosaurios para el Royal Tyrrell Museum y National Geographic entre otros. En el siguiente vídeo, Estabrooks cuenta cómo ha sido el proceso:


Ya habéis visto. Tremendísima magra se avecina de la mano de Spencer Estabrooks y los suyos...


Me lo chivó Mauro. ¡Muchas gracias!

martes, 28 de abril de 2020

Dimitri and the dinosaur

Dimitri no le tenía miedo a los dinosaurios. Décadas practicando acrobacias más allá del Telón de Acero habían moldeado una personalidad fría y con determinación que le hacían guardar respeto a las criaturas mesozoicas, pero no temor. Desde hacía años, el colofón de sus actuaciones era aquel pino a una mano sobre la cabeza del tiranosaurio. Ese ejercicio volvía loco al público, que aplaudía de forma atronadora desde sus asientos. En la grada, se percibía esa íntima compenetración entre humano y reptil durante el número, en el que se sentía el respeto mutuo entre el enorme carnívoro y el reputado acróbata. Pero esa noche el hambre ganó al respeto. Ahora, este diseño de camiseta de Oliver Lake (a.k.a. Iota Illustration) para Threadless homenajea a aquel malogrado artista que no le tenía miedo a los dinosaurios. Puedes conseguirla por unos veinticinco dólares aquí.

lunes, 27 de abril de 2020

Indosaurios (y III)


III. LIQUID COMICS

Entre 1997 y 2003 se produjo una auténtica debacle dentro de la industria que acabó con medio centenar de editores, entre ellos Tulsi, Manoj o Fort Comics. Raj Comics, que había introducido en 1996 el coloreado digital en India, impulsando aún más las ventas de sus cómics, capeó bastante mejor el temporal. Para recuperar el terreno perdido, los supervivientes tratarán de diversificar su contenido en todo tipo de plataformas: televisión, video, Internet, móviles... El próximo paso parece que vendrá directamente de Bollywood, a imagen de Marvel.

En 2004 Dheeraj Varma es reclutado por Avatar Press, de donde pasará a Marvel, Dark Horse o IDW, donde desarrolló a los Transformers, dibujando algún que otro dinosaurio robótico. Pero la apertura del mercado del cómic entre Occidente y la India se producirá en ambas direcciones y pronto asistiremos también a la incorporación de artistas anglosajones a cómics indios.

En 2006, Richard Branson absorbe Gotham (1998) –dirigida por Sharad Devarajan, publicaba héroes USA, incluyendo una curiosa versión hindú de Spiderman- y funda Virgin Comics, que acaba comprando Devarajan rebautizándola Liquid Comics. Una de las claves de su éxito será la captación de estrellas internacionales, como Garth Ennis o Grant Morrison, que adaptó [1] en 2012 el filme Dinosaurs vs. Aliens con dibujos de Mukesh Singh (1976), con una de cuyas viñetas abríamos este post. El T.rex tuerto One Eye nos ha recordado inevitablemente a su tocayo de Flesh (1977, Pat Mills). El siguiente año, Singh dibujó un T.rex bien emplumado en la portada de Indestructible Hulk #12 para Marvel.


Siguiendo el ejemplo de Liquid, Fluid Friction (2008) también reúne artistas indios y occidentales. En 2009, este nuevo boom editorial indio se consolida con la aparición de Level 10 ó Campfire, especializada en novelas gráficas como las adaptaciones de Land that time forgot (2010, Scott Alexander Young/ K.L. Jones) y su continuación, People that time forgot (2011, Stephen Philip Jones/ K.L. Jones) o Viaje al centro de la Tierra (2011, Lewis Helfand /Vinod Kumar), de la que Deep Prakashan editó otra versión en bengalí en 2015.

Charkra, the Invincible

En 2011, Devarajan se unirá a Gotham Chopra para fundar Graphic India, donde han colaborado Chuck Dixon o el propio Stan Lee, que ese mismo año ideó al superhéroe Chakra, the Invincible junto al dibujante Jeevan J.Kang. El personaje ha sido animado en Cartoon Network y en su camino se han cruzado dinosaurios robóticos y de carne y hueso.

Parte del decorado de Comic Con India

Como broche a todo este renacimiento de las viñetas indias, en 2011 se celebró en Nueva Delhi la I Comic Con India, al estilo de la de San Diego. Muy pronto tendrán sus propias convenciones Mumbai, Bangalore o Ahmedabad.

Hyderabad

Jai Undurti y Harsho Mohan Chattoraj publicaron una novela gráfica compuesta de diversos cuentos sobre la ciudad de Hyderabad (2014, Ed. Syenagiri) en la que podemos ver ¡y oir! dinosaurios.

No podemos saber lo que nos depararán las viñetas indias en el futuro, pero lo que es obvio es que el género no volverá a ser igual ahora que Oriente y Occidente han unido sus fuerzas. Y estamos deseando ver lo que tiene que ofrecernos.

Boceto de Singh para One Eye

Los dinosaurios más salvajes, en Dinosaurs vs.Aliens

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[1] En realidad no se trata de una adaptación, ya que se desarrollaron paralelamente y la película terminó estrenándose tras la publicación del cómic.

viernes, 24 de abril de 2020

Reptilicus (1961)

"Reptilicus" es una de las pocas producciones europeas dedicadas al fantástico mundo de las criaturas gigantes, y dentro de ese abanico tan limitado, posee unas características que la hacen totalmente única.

El argumento narra cómo unas prospecciones en el terreno ponen al descubierto unos restos descongelados de lo que parece ser es una bestia prehistórica [1]. Pronto se desplazan al lugar dos paleontólogos, el Dr. Dalby y el Dr. Martens, que ponen de manifiesto lo extraordinario del hallazgo: hasta ahora, no se habían descubierto restos orgánicos de reptiles prehistóricos, pues todos los animales encontrados en milenarios bloques de hielo eran mamíferos, mamuts por ejemplo. De hecho, más adelante un periodista sugerirá bautizar al animal como Reptilicus martensius, en honor a su naturaleza reptiliana y al descubridor del espécimen.


Para un mejor estudio, los paleontólogos trasladan los restos —un fragmento de la cola— hasta el acuario de Copenhague. Allí llega también el general Grayson, donde a regañadientes tiene la misión de supervisar que nada ocurra con los despojos. Tras un descuido en que los restos terminan por descongerlarse por completo, los científicos descubren que la piel del animal se está regenerando por sí sola, así que deciden nutrirla para acelerar el proceso. Una noche de tormenta el animal, totalmente recompuesto, escapa de las instalaciones y comienza su devastación por todo el territorio danés. Al tratar de identificar a la enorme bestia de casi treinta metros, el paleontólogo Martens se aventura a determinar que se trata de una suerte de híbrido entre un saurópodo y un reptil, en uno de esos experimentos que hizo la naturaleza hace setenta millones de años entre animales de esta naturaleza y mamíferos (!).




El argumento genera cierto interés, pero lo cierto es que el largometraje es uno de esos proyectos inclasificables, pues funciona tanto como película de monstruos, pero también como musical, como reclamo turístico de Dinamarca. Incluso tiene tintes de comedia, tanto voluntaria como involuntaria por la ingenuidad de sus giros argumentales, por su rudeza en la puesta en escena y por los adorables efectos especiales. Legendario es el aspecto de la criatura, una especie de comunión imposible de serpiente cuadrúpeda y animal alado.




Esta naturaleza entrañable de la producción proviene en parte del escaso conocimiento de la realización cinematográfica que poseían sus artífices, como ellos mismos declararon posteriormente. Por ejemplo, esto queda patente en la escena donde la cantante Birthe Wilke, que dos años antes había representado al país en Eurovisión, canta la famosa tonada expresamente compuesta para el filme titulada «Tivoly Nights». El director, Sidney Pink, desconocía cómo grabar correctamente la escena, así que filmó todo el segmento sin interrupción con una anticuado sistema de grabación que permitía capturar el sonido junto a la imagen. O por ejemplo en la hilarante escena en que el controlador del puente, totalmente aterrorizado —atención a su interpretación— decide levantar la construcción provocando que los huidizos ciudadanos caigan de manera caótica al río. Aunque se prepararon nada menos que cinco cámaras para filmar la costosa, peligrosa y espectacular secuencia, la falta de coordinación entre el equipo causó que sólo un operario de cámara decidiera activar la grabación. Asimismo, para realizar dicha escena peligrosa, los participantes eran sencillamente los integrantes de un club de atletismo, a los que les prometieron una cantidad de dinero y equipación deportiva. No obstante, que nadie se engañe por esta descripción del rodaje, pues realmente a pesar de sus limitaciones el largometraje es una superproducción: baste comprobar la implicación de los cuerpos militares para la escena del bombardeo marítimo, momentos que en otra producción se hubieran obtenido mediante metraje reciclado de otras películas pero que aquí se rodaron expresamente.

Sidney Pink

No obstante, las carencias sobre la técnica cinematográfica se trasladaron también a la filmación de las secuencias de efectos especiales. Kay Koed se encargó de las miniaturas, y el artista Orla Hoyer se ocupó de diseñar a la criatura, incluso se cree que construyó una versión a tamaño humana de la misma que debía ser operada por dos técnicos, pero no está claro si esta versión se empleó finalmente en el filme. Sin embargo, el equipo no estaba familiarizado con el rodaje de este tipo de tomas, y no cesaban los problemas a la hora de conseguir las correspondientes secuencias. No fue hasta la llegada de Bent Barford —considerado uno de los maestros del stop-motion de Dinamarca y más ducho en este tipo de menesteres— que se pudieron obtener los planos protagonizados por Reptilicus.

Kay Koed a la izquierda, con pipa

Kay Koed en el set de rodaje

Con todo, la dinámica de filmación era particularmente peculiar. Puesto que la producción había alcanzado un acuerdo para distribuir la película en Estados Unidos, primero se grababan las tomas en danés, de cara al estreno en este país, y luego se rodaban las mismas tomas en inglés, cambiando el idioma hablado por los actores, pero con exactamente el mismo escenario. Con la salvedad de la actriz Bodil Miller, la cual no dominaba el inglés y era sustituida por Marlies Behrens, con una mejor dicción anglófona, en su papel de experta enviada por la UNESCO.

"Reptilicus", versión danesa con Bodil Miller

"Reptilicus", versión americana con Marlies Behrens

Pero de poco sirvió este doble esfuerzo, pues cuando el productor Ib Melchior y la contrapartida estadounidense vieron la película, la consideraron demasiado especial para estrenarla en Estados Unidos. Así que decidieron no solo doblar la narración totalmente con actores de doblaje americanos, sino alterar el montaje y algunos elementos para hacerla, en principio, más digerible para su país. Con este objetivo por ejemplo eliminaron las pocas secuencias donde Reptilicus vuela, y añadieron un poco esforzado efecto óptico superponiendo una especie de escupitajo fosforescente y ácido de Reptilicus que, supuestamente, deshace a aquellos que son alcanzados por el asqueroso fluido. Decimos esto porque, como esas escenas no se rodaron, y el montaje está esclavizado por esta situación, en cuanto los diferentes figurantes son recubiertos por la saliva verduzca, la escena de inmediato cambia de plano. Por no hablar del momento en que se recorta, literalmente, a un personaje de un fotograma para fingir que es engullido por la bestia. Inenarrable.


En este sentido, "Reptilicus" es el mejor ejemplo para demostrar que una duración más corta —el montaje americano— no quiere decir que tenga una mejor dinámica, puesto que se denota atropellado, y mucho más caótico e interrumpido que el ya de por sí peculiar, pero más fluido, montaje danés.


Estos cambios terminaron por obligar a Sidney Pink, el responsable del rodaje danés, a entrar en un litigio legal para reclamar los derechos de los que era partícipe, pues no se había contado con él para realizar dicha tergiversación. Pero tampoco obtuvo mucha suerte en Estados Unidos, y pronto adquirió un extraño status de película singular con situaciones extravagantes. En España nunca se estrenó, pero recientemente —en 2010— se realizó un doblaje en castellano para la emisión televisiva del remontaje americano.


Como curiosidad, se realizó una novelización del largometraje, si bien la trama contenía una gran profusión de momentos eróticos. A nivel de papel impreso, sorprende también que "Reptilicus" se convirtiese en cómic, que de nuevo y por problemas legales sucesivos números fueron cambiando de nombre, desde "Reptisaurus" a "Scarysaurus".




El filme de esta serpiente alada danesa ha quedado como toda una rara avis dentro del cine de monstruos gigantes y bestias prehistóricas, si bien ciertas menciones en largometrajes de culto como "La cabaña en el bosque" ("Cabin in the Woods", Drew Goddard, 2012) le han añadido una capa de película de culto por su naturaleza despreocupada pero adorable.






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[1] Un hallazgo que recuerda, tangencialmente, al descubrimiento de dos dinosaurios descongelados —un tiranosaurio y un brontosaurio— en el filme "Dinosaurus!" (Irvin S. Yeaworth. 1960), estrenada un año antes.

OCTAVIO LÓPEZ SANJUÁN


Puedes leer más sobre "Reptilicus" y otras películas con dinosaurios en "Hace un Millón de Años", el nuevo libro de Octavio López Sanjúan editado por Diábolo Ediciones. Lo puedes pillar aquí.

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