jueves, 31 de octubre de 2019

Unas cuantas ilustraciones halloweenescas... (I)


Vamos con una ronda especial de ilustraciones en la que los protagonistas absolutos son los dinosaurios y Halloween...






miércoles, 30 de octubre de 2019

Sacred Burial Ground (Poorly Drawn Dinosaurs)


CEMENTERIO SAGRADO

¡Por el amor de Dios! ¡Hay alimañas arrastrándose por todo nuestro cementerio sagrado!


Nueva tira de "Poorly Drawn Dinosaurs", el wébcomic de Henrik Tomenius, en el que un viaje en el tiempo hace que unos decentes dinosaurios se lleven una desagradable sorpresa... Puedes ver más tiras de la serie aquí.

martes, 29 de octubre de 2019

De Gwangi a Concavenator: 50 años de paleontología en Cuenca

Hace cincuenta años, el 11 de junio de 1969 para ser más exactos, se estrenaba en Detroit (Estados Unidos) "El Valle de Gwangi", película dirigida por Jim O'Connolly y con el gran Ray Harryhausen como auténtico impulsor de la misma. Una de las muchas curiosidades de este largometraje es que gran parte de su rodaje tuvo lugar en Cuenca, hoy conocida como tierra de dinosaurios, pero con muy poca información sobre su patrimonio paleontológico a finales de los sesenta.

Con motivo de este aniversario, nos ha parecido buena idea echar la vista atrás para indagar un poco más en "El Valle de Gwangi", su lugar en el cine de dinosaurios, sus efectos especiales y su rodaje, así como en la evolución del conocimiento del registro fósil de la provincia de Cuenca. Y para ello,  y con la ayuda de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, el Museo Paleontológico de Castilla-La Mancha, el Cine-Club Chaplin y el Grupo de Biología Evolutiva de la UNED, hemos preparado una serie de actividades:


Todas las actividades son gratuitas y tendrán lugar en el salón de actos del Museo Paleontológico de Castilla-La Mancha a las 19:00 horas.

Por otro lado, también se editará un libro sobre la película y su rodaje y las últimas cinco décadas de paleontología de vertebrados en Cuenca. Entre los autores del volumen están Octavio López Sanjuán (autor de "Cinezoico"), Carlos Díaz Maroto (autor de "Ray Harryhausen. El mago del stop-motion"), Pepe Alfaro (autor de "Cines de Cuenca: Películas de papel" o "El cine en sus manos. Catálogo de programas sencillos") y los paleontólogos Francisco Ortega y José Luis Sanz (autores de varios taxones de vertebrados fósiles del Cretácico de Cuenca como Concavenator, Pelecanimimus o Lohuecotitan).

Por último, para ilustrar a Gwangi en esta ocasión tan especial, hemos contado con la colaboración de Javier Gutiérrez Maestro (autor del mural de Lohuecotitan pandafilandi que ya hemos visto por aquí). Ahí dejamos el cartel con toda la información:


Hasta que llegue el día puedes seguir los #GwangiFacts en nuestra cuenta de Twitter. Pincha aquí para leerlos.

¡Esperamos veros en el MUPA para celebrar el aniversario de Gwangi!

lunes, 28 de octubre de 2019

Los mundos prehistóricos de Ray Harryhausen (II)

Ray y Diana jugando con algunos de sus muñecos

En 1959, Ray se mudó a Londres, donde residiría el resto de su vida y dos años más tarde se casó con Diana Livingstone que, como recuerda el fotógrafo John Cabrera [1], era nieta del famoso Doctor Livingstone, supongo. Desde su llegada a Inglaterra, Arthur Hayward, preparador de exposiciones para el Museo Británico de Historia Natural, asesoró a Harryhausen en diversos filmes.

Hammer Films fue fundada en 1932 por Will Hinds –que usaba como actor de vodevil el pseudónimo de “Hammer”- y el español Enrique Carreras, propietario de una cadena de cines en Inglaterra, que había llegado a montar su propia distribuidora en los años 20, Exclusive Films. Michael Carreras, hijo de Enrique, produjo en 1966 One Million Years B.C., a la que dedicamos uno de los primeros posts del blog, remake de One Million B.C. de Hal Roach, al que se compraron los derechos y que hace de coproductor junto a Aida Young, que también produjo para Hammer When Dinosaurs Rule the Earth [2] (1970, Val Guest), que impidió al citado John Cabrera trabajar con Hitchcock [3], y donde se reutilizaron los escenarios y disfraces de One Million Years B.C., como en Prehistoric Women (1967 –originalmente lanzada como Slave Girls-), dirigida por Michael Carreras, que también firmó The lost Continent (1968) y escribió el guión de Creatures the World Forgot (1971, Don Chaffey); salvo en el filme de Guest, en ninguna de estas películas hay dinosaurios.

A Ray le llevó nueve meses completar los efectos especiales de One Million Years B.C.  Gracias a su relación con Hayward, pudo examinar los fósiles que albergaba el museo [4], por lo que sus maquetas resultaron mucho más correctas que las que hizo para Animal World. Ray guardaba un recuerdo agradable de las islas afortunadas [5]. Algunas de las panorámicas insulares fueron reutilizadas en las producciones de Hammer Films When Dinosaurs ruled the Earth y The lost Continent. En cuanto a otros atractivos del filme, aunque Raquel Welch había participado en televisión y en varias películas, será One Million Years B.C. la que la lance a la fama como sex-symbol, aunque recuerda haber pasado algo de fresco con aquel atuendo tan escueto por mucho que se eligieran las Canarias para rodar, lo que acabó derivando en unas amigdalitis.

En 1962 había fallecido Willis O’Brien, y Harryhausen, que se siente en deuda con él, decide dar a conocer al mundo su proyecto de los 40 Valley of the Mist, cuyo guión y storyboards originales había atesorado durante muchos años, en tanto la adaptación de 1956 de Edward Nassour e Ismael Rodríguez The Beast of Hollow Mountain no le hacía justicia. En 1967 Charles H.Schneer compró los derechos del filme a Forest Park Productions, a quienes habían ido a parar con el tiempo.

Llegado como localizador de rodajes a Dénia, donde se quedaría hasta su fallecimiento en 2014, poco después de recibir la medalla de la ciudad, John Cabrera fue el responsable de que El valle de Gwangi se rodara en España... aunque, según los créditos iniciales, Gwangi está ambientada “en algún lugar al Sur de Río Grande”. No se nos ocurre nadie mejor que él para presentarnos el filme:

Para completar el ajetreado 1969, el productor Charles H. Schneer produce El valle Gwangi dirigida por Jim O’Connolly. La dirección de producción fue de Miguel Gil y la artística del gran Gil Parrondo, con la Fotografía de Erwin Hillier en primera unidad y yo en la segunda. Esta fue una de las grandes producciones con efectos a cargo del más grande, Ray Harryhausen autor con enorme talento de maravillosos efectos con los que conseguía levantar admiración empleando con maestría la técnica del stop-motion, en películas como Hace un millón de años.

Las localizaciones para El valle de Gwangi fueron en España, Cabo de Gata, el desierto de Tabernas en Almería y la Ciudad Encantada de Cuenca.” [6]

Sobre este último lugar, nos aclara las razones que le movieron a su elección en un comentario que acompaña a una de las fotografías que realizó durante la tarea de localización de exteriores: “Era un lugar extraño, como si la bomba atómica hubiera explotado allí.”

Gwangi, en la Ciudad Encantada

William E. Bast (1931-2015), que retomaría esta historia con Julian Moore y Harryhausen, fue compañero de habitación –y posiblemente algo más- de James Dean en la escuela de arte dramático, y destacó sobre todo como guionista de televisión. El director, el británico Jim O’Connolly (1926-86), es conocido como productor asociado de muchas películas de serie “B” de los 60, como Konga (1961, John Lemont), claro homenaje a King Kong –y cerramos el círculo, volviendo a O’Brien- que protagoniza un chimpancé transformado en gorila por un suero y que Steve Ditko adaptó a viñetas en Charlton Comics poco antes de crear a Spiderman con Stan Lee.

Konga jugando al pilla-pilla con un terópodo, por Steve Ditko

En la dirección artística encontramos al asturiano Gil Parrondo (1921-2016), primer español en conquistar el óscar, y no una sino dos veces seguidas, por Patton (1970) y Nicolás y Alejandra (1971), ambas dirigidas por Franklin J.Schaffner en España. Y en cuanto al reparto, James Franciscus (1934-91) era un actor de televisión que al año del estreno de Gwangi protagonizaría Regreso al planeta de los simios, mientras la vida de Gila Golan (1940) es de auténtico culebrón: abandonada en las calles de Cracovia al terminar la II Guerra Mundial, fue adoptada y educada en un internado francés aunque acabó creciendo en un kibutz en Ramar Hadar, en Israel, donde conquistó la corona de Miss Israel, puesto desde el que compitió por la de Miss Mundo, durante cuya competición conoció en Londres al productor de Columbia William Cohan, que se la llevó a Hollywood.

Gwangi no sería desde luego un T.Rex (ya que tiene tres dedos en las manos), pero tampoco un alosaurio (las grandes dimensiones de la cabeza apuntan a un híbrido entre ambos terópodos), y en ningún momento se le denomina así, sino tan sólo “bestia”, “gran lagarto”, “lagarto de dos toneladas” o “maravilla viviente de la era prehistórica”, mientras al resto de seres antediluvianos sí se les da nombres más específicos (salvo al ornitomimo, llamado “avestruz desplumada” por Rowdy).

Gwangi será uno de los primeros exponentes de la “Dinosaur Renaissance”, en tanto su papel en la película no es el de una bestia estúpida sino más bien al contrario:

Estas escenas acentúan aún más la personalidad del saurio central, demostrando a la audiencia que es más un animal inteligente que un lagarto gigante, en la medida en que se puede considerar que un dinosaurio es capaz de razonar. Cuando observa el cuerpo del reptil volador con gruñidos y movimientos laterales de la cabeza, que incluyen empujar con la punta de la nariz y mordisquear esta potencial fuente de alimento durante el examen, existe la sensación inequívoca de que un proceso mental está teniendo lugar. Acompañados de un golpeteo de la cola cuando está situado junto al cadáver, aparentemente agitado al sentir que hay algo cerca al acecho, estos matices dan la caracterización vital necesaria para individualizar una figura no antropomórfica en un papel tan primario.” [7].

Como explica el primer especialista español en influencia dinosauriana sobre la cultura popular, José Luis Sanz, en la entrevista que abre el capítulo piloto del podcast de Koprolitos, el poco éxito del filme (para el paleontólogo, “una de las mejores películas de dinosaurios que se han hecho nunca”) se debió a la mala distribución y escaso marketing de la productora. Es interesante también su observación de que, aunque mantiene otros lugares comunes en las películas de dinosaurios, se trata de un caso único en tanto la aparición del dinosaurio en nuestro tiempo no sólo transgrede el orden natural de las cosas, sino también el sobrenatural, al ser identificado por la gitana como encarnación del mal y, en consecuencia, aunque sus creadores tal vez no fueran conscientes de ello o, al menos, no lo manifiestan al ser entrevistados, debe ser purificado ardiendo en la catedral de Cuenca, como si fuera un hereje.

Gwangi, llegando tarde a misa

Aunque no contiene dinosaurios, sí hay un animal prehistórico extinto (un dientes de sable) en Simbad y el ojo del tigre (1977), de la que ya te hemos hablado aquí. Harryhausen se retiró tras su siguiente película, Choque de titanes (1981), tras haber rodado 16 películas; siete de ellas en España.

Desde este blog quisimos dedicarle un breve obituario cuando supimos de su desaparición, pero lo cierto es que reconocimiento no le faltó: Recibió el Premio Gordon E. Sawyer de la Academia en 1992, obtuvo su estrella en el Paseo de la Fama de Hollywood en 2003, el primer Science Fiction Hall of Fame no literario en 2005, el Premio Wagner de la British Fantasy Society en 2008 o un BAFTA honorario en 2010, cuando el principal cine de Sony Digital Productions fue bautizado con su nombre. En 1990, John Walsh dirigió el documental Ray Harryhausen: Movement into Life, al que seguirá la producción para Blue-Ray Ray Harryhausen: Special Effects Titan (2013) de la Fundación Ray & Diana Harryhausen (1986), que ha montado espectaculares exposiciones de su obra en estos últimos años: no te pierdas la próxima, por su centenario, que tendrá lugar en verano de 2020 en la Scottish National Gallery of Modern Art (Edimburgo) y la Fundación anuncia como la mayor que haya organizado.

Si vas, acércate también por el National Museum of Scotland, donde podrás ver unos cuantos esqueletos de dinosaurio. Para ilustrar la afición de la ciudad a la paleontología baste decir que, este mismo verano, el Centro Comercial West Lothian albergó varios dinosaurios animatrónicos, el Pleasance Courtyard presentó la obra de teatro infantil “Captain Flinn and the Pirate Dinosaurs” y, en el Edimburg Festival Fringe, el locutor y biólogo Ben Garrod presentó el show interactivo “So you think you know about dinosaurs”. Por cierto, un equipo de paleontólogos que incluye a algunos investigadores de Edimburgo, dirigidos por el norteamericano Sterling Nesbitt, acaba de presentar a Suskityrannus hazelae, “el primo pequeño del T.Rex”.

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[1] “Con Ray hice gran amistad, estaba casado con Diana Livingstone, nieta del famoso descubridor de las cataratas Victoria, David Livingstone. En Londres me invitó a cenar a su casa de Baker Street, donde se localiza en la ficción la dirección del famoso detective Sherlock Holmes, un lujoso barrio de la capital inglesa. Allí admiré algunos de los recuerdos del famoso explorador que su nieta conservaba.” Ballesta, Enrique y Matellano, Víctor (2015) “Conversaciones con John Cabrera”, en Localizando el Hollywood español, Pigmalión.
[2] Como Harryhausen estaba ocupado en Gwangi, Hammer contrató para la animación a Jim Danforth (1940), cuyos efectos especiales en esta película son considerados un hito en el avance hacia el realismo de la stop-motion. En 1981, Danforth colaboraría con Harryhausen en Clash of the Titans y volvió a diseñar dinosaurios –animados por David Allen, Randy Cook y Pete Kleinow- en Cavernícola, para lucimiento del exBeatle Ringo Starr.
[3] “A finales de este año de 1969, recibí la llamada de mi amigo Jack Hildyard, que se encontraba en Dinamarca, para pedirme que fuese como segunda unidad en el rodaje de Topaz película estadounidense, dirigida por el gran Alfred Hitchcock, pero no pude aceptar. Lo lamenté mucho porque se trataba de trabajar de nuevo con el maestro Hitchcock, pero ya tenía firmado y comprometido el siguiente rodaje como director de la segunda unidad en Cuando los dinosaurios dominaban la Tierra. La película fue producida por Hammer Films con la dirección de Val Guest, fotografía de Dick Bush y música de Mario Nascimbene. Los paisajes de la Tierra durante el Cuaternario, fueron filmados en lugares como la playa de Maspalomas, Montaña Ansite, Amurga y la Caldera de Tejeda de Gran Canaria y Fuerteventura (Islas Canarias). Para los efectos especiales, Hammer Films contrató a Jim Danforth que realizó un gran trabajo con la animación de los dinosaurios, considerado un referente en la credibilidad de animación el trabajo en esta película le valió ser nominado al Oscar. Pero lo cierto es que perdí la oportunidad de trabajar en una de las películas importantes de Alfred Hitchcock.” Ballesta, Enrique y Matellano, Víctor (2015) Op.Cit.
[4] “Empezó a coleccionar fotografías del Museo de Historia Natural de Nueva York y basó las estructuras de sus maquetas en los esqueletos del Museo Británico de Historia Natural. Llegó a construir ocho modelos.” (trad.propia) Webber, R.P. (2004) The Dinosaur Films of Ray Harryhausen, Mc Farlane & Co.
[5] “De hecho, vivíamos en un hotel, no hicimos vivacs en las cumbres formadas por las corrientes de lava. Teníamos cuartos muy confortables en un Parador Nacional” (trad.propia). Este “Spanish Parador hotel” estaba muy cerca de donde se realizó gran parte del rodaje en Tenerife. Afortunadamente para el animador, la primera localización barajada por el productor Michael Carreras, Islandia, fue descartada. Webber, R.P. (2004) Op.Cit.
[6] Ballesta, Enrique y Matellano, Víctor (2015) Op.Cit.
[7] Webber, R.P. (2004) Op.Cit.

viernes, 25 de octubre de 2019

Un ejercicio de ilustración dinosauriana de Vanessa Flores

Vanessa Flores es una ilustradora que vive en Orlando (Florida, Estados Unidos) aunque nacida y criada en Nueva York y de orígenes dominicanos. Se graduó en Bellas Artes en la University of Central Florida y posteriormente trabajó durante varios años como diseñadora gráfica en las Scholastic Book Fairs. Esto le llevó a especializarse en ilustración de libros infantiles. El pasado junio, asisitó a un cruso intensivo de la Society of Children's Book Writers and Illustrators impartido por Laurent Linn y Brian Floca. A los alumnos se les indicó que creasen una serie corta de ilustraciones narrativas secuenciales y sin palabras que mostraran cómo se interpretarían diferentes mensajes propuestos. Vanessa eligió el mensaje "Left All Alone" y el resultado es el que ves a continuación, protagonizado por dos personajes dinosaurianos:









jueves, 24 de octubre de 2019

King of Hearts

El tiranosaurio es considerado "rey" de los dinosaurios debido en parte a su enorme popularidad, pero también a su nombre específico rex, que en latín significa rey. Por ello tiene sentido que David Orr (al que ya hemos visto por aquí en solitario y por aquí con su estudio Blue Aster) le dedique este diseño de camiseta como "rey de corazones". Se puede conseguir en RedBubble por unos quince euros pinchando aquí.

miércoles, 23 de octubre de 2019

The Stegosaurus (Fake Science)

En esta nueva nota de Fake Science, señalan que "el registro fósil muestra que el estegosaurio, como muchos dinosaurios antes que él, murió mientras intentaba comerse su aparentemente deliciosa cola". Otra forma para explicar el rigor mortis que se observa en algunos esqueletos y que como todas las teorías de Fake Science, es muy respetable (ejem...).

Más Fake Science aquí.

martes, 22 de octubre de 2019

Los mundos prehistóricos de Ray Harryhausen (I)

La familia de Raymond Frederick Harryhausen (1920-2013) era originaria de Alemania. De hecho, el apellido era originariamente Herrenhausen (“mansión” en alemán, de “herren” –caballeros- y “hausen” –vivir-). Con sólo cinco años, sus padres le llevaron a ver El mundo perdido [1], y su pasión por la animación será irrefrenable desde la pubertad, gracias a otra película de O’Brien, King Kong. Otra influencia temprana es el paleoartista Charles R. Knight [2] y sus murales de animales prehistóricos, como el que pintó en 1925 retratando a la fauna encontrada en los pozos de alquitrán de La Brea (Los Angeles), expuesto en el Museo del Condado. Sus padres le animaron en sus experimentos con marionetas y en el instituto destacó con sus maquetas y comenzó su amistad con su tocayo y riguroso contemporáneo, el genio de la ciencia-ficción Ray Bradbury (1920-2012), junto al que en 1939 se unió a la Science-Fiction League de Los Ángeles de Forrest J. Ackerman (1916-2008), editor de Famous Monsters of Filmland, que será otro de sus grandes amigos.

Evolución

En su día, dedicamos un post a su primer proyecto, Evolution (1938-40), que pese a quedar finalmente en una secuencia de tres minutos, le facilitó debutar profesionalmente en los Puppetoons [3] del animador de origen checo George Pal (1908-80) antes del servicio militar, durante el que consiguió llamar la atención de Frank Capra, en cuya División de Servicios Especiales trabajó en varios filmes propagandísticos.

Tras la guerra, consigue trabajar como ayudante de su admirado Willis O’Brien, comenzando por Mighty Joe Young (1949) –la penúltima revisión del mito del mono gigante comenzado con King Kong, pero esta vez sin dinosaurios en el reparto-, que consiguió el óscar a los mejores efectos especiales; se dice que Obie les dejó a él y a Pete Peterson [4] (1903-62) casi toda la tarea de animación.

La bestia de 20.000 brazas

The Beast from 20,000 Fathoms (1953) fue la primera película en la que Ray asumió la responsabilidad de los efectos especiales, que generó con un nuevo sistema al que dio el nombre de “dynamation”: animaba sus modelos –en este filme, un descomunal redosaurio- frente a una grabación y luego los sincronizaba con los elementos que debían estar en primer plano tapándolos con pintura negra sobre un cristal para luego realizar una segunda exposición ya sin muñecos. Los productores, Hal E. Chester [5] (1921-2012) y Jack Dietz [6] (1901-69), de Mutual Pictures of California, estaban tanteando otros dos proyectos, pero una exitosa reposición de King Kong les decidió a realizar un filme con un monstruo gigante mutado por la radiación, para explotar la creciente paranoia nuclear. Inspirado en el cuento de Ray Bradbury The Fog Horn (1951), cuyo título inicial en The Saturday Evening Post fue The Beast from 20,000 Fathoms, se anticipó en algo más de un año a Godzilla, cuya primera idea era muy similar y que fue inicialmente conocida como El monstruo gigante de 20.000 millas bajo el mar. También fue la primera cinta como director del, hasta entonces, director artístico galo Eugene Lourié [7] (1903-91), que al amparo de su éxito dirigió otros dos nuevos largometrajes protagonizados por nuevos dinosaurios mutados por la energía atómica: The Giant Behemoth (1959) –con animaciones de Obie- y Gorgo (1961), producidas en Reino Unido.

Vino del fondo del mar

Su siguiente película, It came from beneath the Sea (1955) –esta vez el monstruo no es un saurio sino un enorme pulpo prehistórico-, fue producida por Charles H. Schneer (1920–2009), a quien puso en contacto con Harryhausen un amigo común del servicio militar. Les unirá una amistad de por vida y producirá todas sus películas excepto One Million Years BC.

El mundo animal

Tras ganar el óscar por The sea around us (1951), Irvin Allen decidió hacer otro documental sobre la evolución de la vida terrestre, de los organismos unicelulares a los dinosaurios y la fauna actual: Animal World (1956), que ya fue objeto de este post en el blog, y donde Ray y O’Brien volvieron a colaborar. Originariamente, la escena de los dinosaurios iba a ser montada a base de dioramas con modelos estáticos, pero Allen se puso en contacto con Harryhausen para comprarle los derechos de Evolution. Ray convenció a Irvin para producir nuevas animaciones. Mientras Harryhausen movía los muñecos, O’Brien participó como supervisor del proyecto, diez minutos de metraje que completaron en tan sólo seis o siete semanas urgidos por Allen. Ray recuerda que, a imagen de las escenas que Irvin había grabado, emplearon un tono crudo y gore que, tras el visionado final, decidieron suavizar [8]. El resto del filme no es demasiado memorable, por lo que se trata de la única cinta de Harryhausen que no ha pasado a formato video según Roy P.Webber [9]. Sin embargo, una buena parte del metraje con dinosaurios fue reutilizada en la película Trog (1970, Freddie Francis), protagonizada por un troglodita que aparece en el Londres actual y, en un flashback ilustrado con Animal World –con nuevos efectos de sonido-, recuerda el mundo que ha dejado atrás. Trog sí pasó a video y DVD.

Trog recuerda sus años mozos en el pueblo

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[1] Belinchón, Gregorio (2013) “Fallece Ray Harryhausen, el mito de los efectos especiales”, en El País.
[2] "Las pinturas y dibujos de dinosaurios de Knight tienen algo más que un aspecto realista; exhiben claramente esa inspiración y dedicación que distinguen al verdadero creador del mero artesano. [...] Su larga experiencia retratando animales vivos en zoológicos le mostró cómo la anatomía influye en el movimiento, y su estilo romántico y vivo aportó a sus reconstrucciones prehistóricas un carisma único". Harryhausen, Ray (2006) The Art of Ray Harryhausen, Watson-Guptill Publications.
[3] The Puppetoon Movie (1987, Arnold Leibovitz) comienza con Gumby dirigiendo una película protagonizada por Arnie, un T.Rex que se ha vuelto vegetariano por la influencia del cine de Pàl, que amansa a las fieras, y le muestra una selección de cortos del animador para que lo comprenda.
[4] Nacido Svend Aage Pedersen, hasta entonces no era animador, sino técnico de grúas o iluminación. Aquejado de esclerosis múltiple, se vio obligado a trabajar sentado, por lo que las maquetas debía situarse a poca altura. Tras su fallecimiento –el mismo año que O’Brien-, Jim Danforth y otros jovenes animadores descubrieron unas cortos inéditos de Pete que utilizaron en la producción de Flesh Gordon (1974).
[5] Había producido el trasvase de la tira de cómic del boxeador Joe Palooka (1930, Ham Fisher) al serial cinematográfico en 1946-51, así como el clásico de terror Night of the Demon (1957, Jacques Tourneur), para cuyos efectos se contactó con Harryhausen, entonces ocupado en The 7th voyage of Simbad.
[6] Productor de The Black Scorpion (1957, Edward Ludwig), protagonizada por un arácnido prehistórico animado por Willis O’Brien, y donde aparece junto a un edificio un rhedosaurus, el dinosaurio ficiticio de dimensiones kaiju (king size dicen los angloparlantes) que protagoniza The Beast from 20,000 Fathoms, donde, por cierto, no se reaprovechó este metraje.
[7] Colaboró en los clásicos La gran ilusión (1937) y La regla del juego (1939) con Jean Renoir, junto al que marchó a USA en 1941. En 1959 codirigirá junto a Douglas Hickox Behemoth the Sea Monster.
[8] “Cuando el estegosaurio muere, el ceratosaurio, creo que era, le arranca grandes pedazos de carne chorreando y comienza a masticarla. Pero cuando la película fue presentada, recibimos tantos comentarios negativos sobre la carnicería que gran parte fue eliminada en la versión final”.
[9] Webber, R.P. (2004) The Dinosaur Films of Ray Harryhausen, Mc Farlane & Co.

viernes, 18 de octubre de 2019

La cláusula (Jose Tomás)

Nueva pieza dinosauriana de Jose Tomás, por el que en Koprolitos tenemos verdadera devoción. Y es que si los dinosaurios volviesen a pisar nuestro planeta deberían cubrir sus espaldas por si las moscas...

Puedes ver más de Jose Tomás en Koprolitos o en su Instagram.

jueves, 17 de octubre de 2019

Cretaceous (Tadd Galusha)

Galusha, en su cubil de Alaska

El pasado 26 de marzo, Oni Press lanzó el cómic –bajo nuestro punto de vista- más interesante del año: Cretaceous, de Tadd Galusha. Los Chugach son un pueblo esquimal, en honor a los que el capitán William R.Abercrombie bautizó la cordillera más septentrional del Pacífico, en el extremo occidental de Norteamérica, al Sur de Alaska. Según nos chivatean en esta entrevista al autor protagonista de nuestro post, cuando Galusha no está en su estudio, se le puede encontrar deambulando por las laderas nevadas de los Montes Chugach acompañado por su alaskan malamute. La naturaleza salvaje (incluidos lobos y osos, según confiesa el artista) han estado presentes desde siempre en su entorno, lo que sin duda se refleja en esta obra llamada a ocupar un lugar preferente en los cómics de dinosaurios.

Aunque, posiblemente, muchos no le conozcáis, Tadd no es un recién llegado, y junto a sus proyectos más personales, como The Backwoods, la psicodélica Bubba Ho-Tep and the Cosmic Bloodsuckers, en la que Elvis Presley combate una invasión alienígena, o The first Americans (2018), que haría las delicias de los citados Chugach, sus lápices han servido a clásicos como Las tortugas Ninja o Godzilla, el gigantesco dinosaurio mutante nipón, para el que dibujó esta portada:


Una espectacular cubierta variante de Tadd con saurópodos (abajo, a la derecha) y pterosaurios para Kong of Skull Island #3 (2016, Boom! Studios)

Cretaceous narra la epopeya particular de un tiranosaurio tratando de mostrarnos su perfil más "humano". En palabras del propio Tadd, entrevistado por Hannah Means-Shannon para el ComiCon (puedes leer la entrevista completa aquí): “el T-Rex todavía se representa como ese depredador-alfa hiper agresivo que solo vive para matar. Así que, en vez de eso, quería mostrarlo como un depredador inteligente que hace lo que hace para sobrevivir y continuar su linaje”.

Parte de la rica fauna de Cretaceous

Para sumergirnos mejor en la historia, Galusha prescinde de cartelas de texto y nos ofrece un cómic mudo, en el sentido de que carece de palabras, pero con efectos de sonido como el piar de los polluelos, por ejemplo. El resultado es una aventura iniciática en la senda marcada en los 90 por Age of Reptiles de Delgado, Paleo de Jim LawsonTyrant de Steve Bissette. Es decir, un auténtico cómic de dinosaurios que comulga a la perfección con la “Dinosaur Renaissance”.

Para complementar la obra, se incluye una “Guía de Campo” que ayuda a situarse en términos de tamaño, comparando los diferentes dinosaurios a escala humana, además de ilustrar sobre los especímenes menos conocidos por el público en general que aparecen a lo largo de sus páginas.

Debo confesar que me encanta el color rojo con que aparece el protagonista de esta novela gráfica en la portada. Me recuerda al Devil Dinosaur del “Rey” Jack Kirby, al que está revitalizando nuestra Natacha Bustos. Pero debo aclarar que en el interior, Galusha ha tratado de ser lo más correcto posible desde el punto de vista científico, dejándose asesorar por un par de paleontólogos. Y sí, me anticipo al comentario a la vista de la portada: no, el T.Rex protagonista de Cretaceous no tiene plumas. Dejemos que lo aclare el propio autor:

Cretaceous, la vida sobre y bajo el agua en el Mesozoico

Las plumas son nuevas y divertidas y producen excelentes titulares, especialmente si hablamos de un T-Rex. La realidad es que algunos dinosaurios tenían plumas y otros no. Los terópodos pequeños, como los raptores, tenían, porque están ahí en los fósiles. El caso del T-Rex es interesante y muy debatido, pero hasta ahora no se han encontrado prueba en términos de plumas. También hay que preguntarse para qué servirían las plumas en un animal tan pesado. La regulación térmica habría sido una pesadilla sólo con su masa, por lo que me parece que menos (masa) podría ser mejor en términos fisiológicos. Leí que los jóvenes podían haber tenido plumas al nacer, y eso parece bastante probable. La realidad es que a día de hoy no lo sabemos, así que traté de adoptar el enfoque más modesto posible.”

¿Y tras Cretaceous, qué? Bueno, nuestro invitado no nos va a dejar con las ganas y ya ha anunciado en su web que está preparando –entre otros proyectos- un cómic con guión de Aaron Sullivan en el que un nanuqsaurio de Alaska forma parte del reparto... así que estaremos atentos a la pantalla (del ordenador). Para posterior información, un buen recurso es el podcast de Galusha y Bryan Bales sobre noticias del mundilllo del cómic, Blue Tiger, o también podéis visitar su página web.

El inquietante nuevo proyecto de Galusha

miércoles, 16 de octubre de 2019

La prehistoria tridimensional de Kerim Mušanović

Kerim Mušanović es un artista de Sarajevo (Bosnia-Herzegovina) que empezó a dibujar siendo muy joven. Hace casi una década se interesó por el arte callejero en tres dimensiones y se graduó en la Academy of Fine Arts de Sarajevo en 2017. Mušanović disfruta con su trabajo, que le ha llevado a participar en diferentes certámenes en Croacia, Alemania, Holanda, Italia, Estados Unidos y Emiratos Árabes Unidos. Podemos encontrar sus obras de animales del pasado en el Dinopark de Funtana (Croacia), el Wilhelmshaven Street Art Festival y el Blumberg Street Art Festival de Alemania (en los que consiguió el tercer y segundo puesto respectivamente). A continuación dejamos una muestra:

The Valley

Extinction

T-Rex

Rebirth

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