Los mundos prehistóricos de Beaumont
Nacido en Calahorra en 1922, Ángel Julio Gómez de Segura Beaumont era el menor de los cuatro hijos del matrimonio formado por Juan Gómez de Segura, de Antoñana (Álava), que llegó a ser alcalde de Calahorra durante la Segunda República, y Anunciación Beaumont y Moreno, que falleció cuando contaba sólo nueve años. Poco después, le sigue su padre y Ángel queda bajo la custodia de su hermana mayor, Conchita, que siguiendo la
política educativa de su madre, trató de desanimarle de su afición por los tebeos rompiéndole los dibujos, pues ser artista era sinónimo de pasar hambre [1].
Recién concluida la Guerra Civil, marcha voluntario a hacer el servicio militar a Barcelona, donde conoce a Mercedes Corzán, con la que se casa en cuanto acaba la mili, comenzando a dibujar para revistas como El hogar y la moda o la francesa La Femme, donde ya firma con el apellido materno, que sonaba a galo.
En 1957 se convierte en el entintador de Ambrós en el tebeo de aventuras más exitoso del cómic español, El capitán Trueno, encargándose también de dibujar algunos episodios en los que, para pasar la censura, tenía que poner un pañuelo en el escote de Sigrid [2]. Naturalmente, a nosotros los que más nos interesan son los que tenían dinosaurios como “Acosados”, “De peligro en peligro” y “En la selva del terror” (El capitán Trueno #56, #84 y #85; 1957-1958), todos ellos con lápiz de Ambrós y tinta de Beaumont.
En 1963 creó junto al guionista Enrique Martínez Fariñas (1925-1985) la serie de Zoltán el Cíngaro, que se enfrenta con todo tipo de criaturas mesozoicas a partir del número #57, “Los montes del tabú” (1964), donde, tras ser atacados por un Smilodon, los protagonistas se
encuentran con diversos dinosaurios, como el ceratópsido de la portada.
En 1972 funda el “Estudio Beaumont” (también llamado “Beaumont C.D.B.”), que llegó a emplear tres decenas de trabajadores, entre los que encontramos a Vicente Segrelles (luego afamado autor de El mercenario, cuyo protagonista monta un ser draconiano descendiente de dinosaurios [3]), José Espinosa (cuyo Kit Boy comenzó sus aventuras en “El reino perdido”, donde encuentra a una especie de dragón al que no duda en calificar como “estegosaurio”), Julio Bosch o un tal Carlos de Miguel (nada que ver con el ilustrador de La marca doble del diablo o Pararhabdodon Parade).
Viaje al centro de la Tierra
En 1977, Beaumont adaptó al cómic Viaje al centro de la Tierra junto al recién citado Julio Bosch. Entre sus últimos trabajos,
destaca su colaboración en 1990 en la adaptación a viñetas de la serie de animación de DIC Animation City Dinosaucers (1987), protagonizadas por un grupo de dinosaurios evolucionados del planeta Reptilón que viaja a la tierra huyendo de la destrucción (y los Tyrannos) y traba contacto con una pandilla de adolescentes que se convertirán en el Dinoescuadrón Secreto, a los que equipan con anillos con poderes.
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[1] Rodil Sierra, F. (2012) “Beaumont: Maestro del tebeo español”, en Belezos: Revista de cultura popular y tradiciones de La Rioja, 18,
pp. 62-69.
[2] Íbidem.
[3] El autor nos cuenta en su página web: «Parece ser que las glaciaciones que motivaron la desaparición de los dinosaurios en la Tierra no afectaron a este cerrado valle y los reptiles voladores fueron evolucionando hacia
formas más perfectas, siendo domesticados por los pobladores del país. Estos reptiles debieron de ser vistos circunstancialmente en distintas partes del planeta, dando lugar a numerosas leyendas medievales y cuentos populares tanto en Oriente como en Occidente». En una entrevista a RTVE confesó haberse inspirado en el tuátara para transformar las patas delanteras de los dragones en alas, por encontrarlo fisiológicamente más razonable para hacerlas funcionales.
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