Los mundos prehistóricos de José Sanchis
La infancia de José Sanchis Grau (1932-2011) estuvo marcada por la guerra y la posguerra civil. En esos difíciles tiempos, estudió bellas artes en la Academia de San Carlos de Valencia mientras servía de aprendiz en una joyería. En 1948 consiguió publicar sus primeros chistes en el calendario Myrga y, poco después, debuta en Jaimito, de Editorial Valenciana. Un trágico suceso va a marcarle poco después, ya que en 1950 una bala perdida del arma de un guardia civil le atravesó la columna. Consiguió volver a andar, pero sufrirá las secuelas durante toda su vida.
En 1954 creó su personaje más popular, el gatito Pumby (Jaimito #260), cuyas fantasiosas aventuras granjearon un gran éxito entre el público más joven que le permitió encabezar el siguiente año su propia revista, que superaría los mil números, a los que habría que sumar Super Pumby (1959), versión superheroica del minino que surge como resultado de la ingesta de zumo de naranja, que viene a ser para los valencianos lo que la
poción secreta de Panorámix a los galos. Naturalmente, a lo largo de tantas páginas era inevitable que Pumby acabara compartiendo viñetas con fauna mesozoica.
En “El valle perdido” (1958), Pumby conoce al Pacosauro, nomen ignotum que designa a una suerte de saurópodo multicolor con largos colmillos de vampiro, pero cuyo fiero aspecto oculta un buen corazón y que acaba cogiendo cariño al gatito.
En “Pumby y sus antepasados” (1959), el gatito usa la “máquina genealógica” del profesor Chivete para conectar con su ancestro más lejano, Pedrumby el cavernícola, especialista en la caza de dinosaurios. En
1970 se reeditó unida a otras historias breves y algunas páginas de complemento bajo el título “Regreso al pasado”.
En “Viaje al Polo” (1962), un dinosauroide congelado revive como en la película El monstruo de tiempos remotos. Fue publicada originalmente en Pumby #247-250 y recopilada –retocando y añadiendo
dibujos– en Libros ilustrados Pumby #6 (1968).
En 1965 se publicó “El gato de piedra pómez”, que comienza presentando la fauna de hace “nosecuantos millones de años, siglo más siglo menos”, entre los que se encontraban el dinosauro, el estegosauro, el pterodáctilo o el... ratonsauro, un nuevo nomen ignotum cosecha de Sanchis. Pero no será el único que cree ese año, ya que “Pumby en el valle de los monstruos” está coprotagonizado por un “federicosaurio”. Y en la portada de Pumby #425 encontramos un dinosaurio con orejas que no tiene correspondencia con ninguna historieta interior.
Del año siguiente data “El reino flotante de Voz. 2ª parte: El lago embrujado”, en cuyo lacustre escenario los protagonistas encuentra espectros que reconocen inmediatamente como especies mesozoicas.
En 1968 se publicaron “Milhombres”, en la que Pumby hace amistad con Manolo, un simpático monstruo dinosauroide marino, y “Un amigo elástico”, con dinosauroides de lo más extravagantes (una de las especies incluso tiene orejas y gasta gafas de sol).
En 1972 aparecen “La nube del tiempo”, en la que Pumby vuela agarrado a las patas de un pterosaurio, y “El reino de los hombres de sal. 2ª parte: ¡Volar! ¡Qué dulce es volar!”, donde vuelve a hacer amistad con un dinosauroide lacustre con orejas.
En “El mago de Rock. 3ª parte: Hallazgo arqueológico” (1974), las pinturas rupestres de un hechicero cobran vida, incluyendo un dinosaurio.
Por lo que se refiere a la versión superheroica del michi, en la portada de Super Pumby #7 (1961) le vemos cerrar la boca con una roca a un dinosaurio que se disponía a zamparse a una joven. Eso sí, con babero y tenedor, que lo feroz no quita lo educado.
Y en el último número de la cabecera, Super Pumby #111 (1973), usa un tirachinas para combatir con una bandada de pterosaurios.
Pero Pumby no fue el único personaje de Sanchis que viviría aventuras de sabor mesozoico. En la revista Pumby apareció Don Jirafito. En “Don Jirafito, policía” (Pumby #30, 1956), un chucho
que le ayuda a coger a un ladrón y le recompensa llevándole al Museo Prehistórico, donde trata de comprarle un hueso fósil.
Y para Jaimito ideó al capitán Mostachete (1958) y su némesis, el mago de Coz. En el episodio publicado en Jaimito #1142 (1971) introdujo un monstruo marino similar a Nessie.
Además, en el “Almanaque de Purk 1955”, Sanchis publicó la página de chistes gráficos “La edad de piedra” y en el “Almanaque Purk 1976”, publicado en noviembre de 1975, la historieta “Taruk, el hombre de sílex”, cuyo protagonista caza un “kamelosauro” con una llave de karate.
Tras el cierre de Valenciana, Sanchis estuvo inactivo un tiempo, pero regresó en 1991 con Miss i Fuss, els Fills de Pumbi en Camacuc, a la que siguió una historia de la Comunidad Valenciana protagonizada por Pumby. En 1996 fue galardonado con el Gran Premio del Salón del Cómic de Barcelona y lanza la cabecera Kuasar Pumby, en la que aparecen una especie de pájaros con alas de murciélago llamados “comerrocas” que podríamos calificar como pterosauroides.
Sin embargo, hasta 1999 –en un litigio iniciado a raíz de la adaptación del tebeo a un largometraje animado, estrenado en 1998– no consiguió los derechos de sud personajes, retenidos por los herederos de Valenciana, que fueron obligados también al pago de una indemnización por daños morales derivados de su apropiación para destinarlos a fines no consentidos por el autor.