lunes, 13 de septiembre de 2021

Los mundos prehistóricos de Curt Davis

Stuart Taylor en la portada de Jumbo Comics #10 (tras él, un dinosaurio morado amenaza a la intrépida Laura)

Empecemos aclarando que Curt Davis no existe. Es un pseudónimo utilizado para publicar las historias del crononauta Stuart Taylor, protagonista de la serie The Diary of Dr. Hayward, que debutó en mayo de 1938 en el número #64 de Wags (publicada por la norteamericana Editor Press Service para su distribución en el Reino Unido), donde apareció en media docena de cuadernillos. En septiembre fue incluido en el debut de la revista de Fiction House Jumbo Comics, donde sus aventuras aparecieron con regularidad (con breves ausencias en los números #2, #8 y #79-83) hasta el número 140 (octubre de 1950) y fue rebautizada como Weird Stories of the Supernatural (Historias extrañas de lo sobrenatural) en Jumbo Comics #9 (1939), Stuart Taylor in Weird Stories of the Supernatural desde el siguiente número.

Se trata de una de las series del prolífico estudio de Will Eisner y Jerry Iger, que producía viñetas a mansalva para el incipiente comic-book, cuando todavía no existía una industria estable. Algunos de los artistas señeros del medio comenzaron en este estudio, como Bob Kane, Bob Powell o el propio Eisner y, por supuesto, el creador de Stuart Taylor, Curt Davis.

"El Rey" en sus años mozos

Bajo el susodicho sobrenombre se escondía un joven (23 años) debutante llamado Jacob Kurtzberg, que también usó otros alias en esta etapa, como Jack Curtiss, Fred Sande, Charles Nicholas, Ted Gray o el pseudónimo con el que a la larga sería recordado: Jack Kirby, aunque mucho le recuerdan simplemente como “El Rey”. Tras un par de episodios, Kirby dejó la serie en manos de Lou Fine, quien la asumió junto con el alias que encubría su autoría. Esto era una práctica habitual entre los pioneros del comic-book [1]. Aunque The Grand Comics Database (GCD) acredita a nuevos dibujantes [2] a partir de Jumbo Comics #14 (abril de 1940), el guionista continuará siendo “Curt Davis”, si bien los responsables del portal no se atreven a relacionar el pseudónimo con ningún escritor en concreto.

En cada entrega de sus aventuras, que no tenían títulos independientes, Stuart Taylor viajaba a una época distinta gracias a una máquina del tiempo inventada por el doctor Hayward, que le acompañaba en su periplo junto a su hija Laura. La verdad es que el rigor histórico no fue la principal característica de la serie (ni nunca lo pretendió, haciendo honor a su título) y mezcla mitología, leyendas y buenas dosis de fantasía. Por esa misma razón, si bien el aparato no se detuvo nunca en el Mesozoico, sí puso a los protagonistas en contacto con fauna propia de/asimilable a la de dicha era en diversas ocasiones.

Stuart Taylor en Jumbo Comics #10

La primera vez fue en Jumbo Comics #10 (octubre-noviembre de 1939), donde el trío protagonista llega a una formación rocosa que el científico no duda en datar hace 20.000 años. Aunque no recuerdo haber leído nada parecido sobre el Mesolítico, parece ser que además de hombres-mono, las selvas de la época estaban plagadas de dinosaurios como el tiranosaurio del que los primates salvan a nuestros héroes. Fue dibujado por Lou Fine, también autor del dinosaurio morado que aparece tras Taylor –que lancea a un indefinible monstruo en primer plano- en la portada de la revista, de la que desplazó a la estrella de la publicación, Sheena, la reina de la selva.

Stuart Taylor en Jumbo Comics #20

En Jumbo Comics #20 (octubre de 1940) conoceremos al profesor Gegin, ingeniero genético que pretende crear un ejército de monstruos antropófagos con los que hacerse dueño de la Tierra. Aunque tienen algunos rasgos reptilianos, no nos atrevemos a calificarlos de dinosauroides.

Stuart Taylor en Jumbo Comics #21

En Jumbo Comics #21 (noviembre de 1940), sus viajes temporales llevan a Taylor y compañía a la China de la dinastía Ming donde, según narra el propio cómic, se encuentra con una serpiente gigante. Sin embargo, esta «giant serpent» tiene cuatro patas y placas en el lomo. GCD no acredita al dibujante, pero cree que puede tratarse de Frank Frollo.

Fantastic Comics #19

El caso es que esta “giant serpent” fascinó desde el principio a otros artistas que, sin ningún pudor, decidieron hacerla suya. Sólo siete meses después, en junio de 1941, en el número #19 de la revista de Fox Fantastic Comics, un autor sin acreditar publicó «Sub Saunders and the Fire Monster», donde fusila a placer la bestia de Davis, a la que presenta como “Kalo, the Man-Consuming Fire Monster”. La serpiente ha pasado, pues, a la categoría de dragón. Sub Saunders apareció en el debut de Fantastic Comics, con guión de Toni Blum (posiblemente) y dibujos de Henry Kiefer, al que GCD sigue acreditando como ilustrador hasta el número #17, por lo que tiene bastantes papeletas de ser el plagista, si bien no podemos confirmarlo.

Más de treinta años después, nos encontramos con un nuevo caso, en esta ocasión en un cómic español. En la catalana Editorial Grafidea (1941), Federico Amorós y Miguel Ambrosio Zaragoza, más conocido como "Ambrós", publicaron el western El Jinete Fantasma (1947), cuyo hijo Chispita se emancipó en su propia revista (1951), donde derivó hacia la ciencia–ficción y terminó encontrando monstruos de rasgos dinosaurianos «En la órbita de Júpiter» (1955). La historieta fue dibujada por un Antonio Biosca que fusiló sin piedad la “serpiente” de Stuart Taylor que, de dragón, muta ahora a la categoría de dinosauroide extraterrestre.

Stuart Taylor en Jumbo Comics #48

En Jumbo Comics #48 (febrero de 1943) volvemos a encontrar serpientes gigantes y, aunque también tienen garras e incluso un cuerno nasal, su cuerpo alargado impide confundirla con un dinosauroide.

Jumbo Comics #50

En Jumbo Comics #50 (abril de 1943), los protagonistas viajan a la mítica tierra nórdica de Scildings. Grendel, el devora-hombres, es representado aquí por Arthur Peddy como una criatura híbrida de dragón y dinosaurio de varias cabezas que se encarga de dar la bienvenida a Taylor. El legendario Beowulf acaba con la bestia desmembrándola con las manos desnudas y el propio Stuart se crece y decapita a la madre del bicho.

Beowulf en Jumbo Comics #50

El Beowulf de Ely

Diez años después, otro cómic nos muestra al mítico rey de Götaland, tierra los gautas o godos, combatiendo a pelo con dinosaurio en Conquest Comics #1 (1953, Eastern Color). No tenemos la certeza de que el Beowulf the Mighty de Bill Ely fuese influenciado por Peddy y lo cierto es que en el canto IV del poema épico que narra sus aventuras en el Códice Nowell pelea con un dragón, si bien allí le da muerte con su daga.

Stuart Taylor en Jumbo Comics #122

En Jumbo Comics #122 (abril de 1949), Stuart Taylor y sus amigos viajan al año 50.000 a.C. y descubren que los homínidos de la época (gráficamente indistinguibles de gorilas) convivían con dinosaurios, a los que no dudaban en atacar -¡con éxito!- si peligraban sus semejantes. El dibujante fue el autor que más páginas ilustró de la serie: Jack Kamen.

Stuart Taylor en Jumbo Comics #136

Finalmente, en Jumbo Comics #136 (junio de 1950), Kamen nos traslada algo atrás, al 500.000 a.C. En esta ocasión, nuestros amigos quieren comprobar con sus propios ojos cómo eran cuando estaban vivos esos fósiles de dinosaurio que acaban de ver en el museo. Una vez más, nos encontramos ante un escenario completamente anacrónico, donde un pterodáctilo comparte su hábitat con elefantes primitivos y trogloditas.

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[1] Valga como ejemplo “Charles Nicholls”, otro sobrenombre compartido por Kirby, en este caso con Chuck Cuidera y Charles Wojtkoski.
[2] Chuck Mazoujian (números #15-16 y pgs. 6-9 del #14), Nick Cardy (números #17-19), Seymour Reit (números #25-36 y, posiblemente, el #37), Lee Ames (números nº 38-42 y, posiblemente, el #59), Al Camy (números #45-46), Arthur Peddy (números #47-50 y, posiblemente, el #57), Aldo Rubano (número #51), Robert Webb (números #52, #76-78 y, posiblemente, #53, #55 y #62), Alex Blum (números #56, #84-90 y, posiblemente, #54, #61, #69, #73 y #75), Arnold Hicks (números #58 y, posiblemente, #68 y #75), Harvey Fuller (números #65-66 y, posiblemente, #67), John Forte (parte del número #122) y Jack Kamen (números #91-104, #106-110, #112-117 y #119-139). Además, pudieron trabajar en la serie Frank Frollo, Murphy Anderson, Joe Kubert o Homer Fleming.


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