lunes, 28 de febrero de 2022

Dinosaur tracks (III)

ANIMACIÓN EN LA ERA DEL JAZZ

El cine silente fue una oportunidad más de trabajo para muchos pianistas de ragtime y jazz e incluso pequeñas orquestas, como la de Erskine Tate en el Vendome Theater de Chicago, contratados para amenizar las proyecciones. Pero el sonoro supondrá la posibilidad de registrar la imagen de los músicos tocando en directo. No por casualidad, la primera película sonora se tituló The Jazz Singer (1927, Alan Crosland).

En 1929, la orquesta de Duke Ellington graba el corto Black and Tan Fantasy (Dudley Murphy), King Vidor estrena el drama con actores negros Hallelujah!, que incluía espirituales y jazz, y la orquesta de Paul Whiteman será la protagonista absoluta del filme King of Jazz [1] (John Murray Anderson). Con todo, en el musical cinematográfico se acabarán imponiendo las melodías descafeinadas de Tin Pan Alley, si bien hay que reconocer que muchas se convertirán en standars versionados por músicos de jazz. Sin embargo, hubo un género cinematógrafico donde el jazz encontró refugio: la animación. Sin ir más lejos, en otro corto de 1929, “The Jazz Fool” (Walt Disney), el propio Mickey Mouse interpreta a un pianista de ragtime [2] y el siguiente año otra gran estrella del momento, Krazy Kat, protagonizó “Jazz Rhythm” (Glenn Harrison y Manny Gould) [3].

Con el tiempo, Mickey acabará compartiendo pantalla con dinosaurios

Pero quien apostó más fuerte por el jazz fue el principal rival de Disney, Max Fleischer, que lo trató no como un mero fondo de sus cortos sino como un joven género musical merecedor de un mayor reconocimiento [4]. Así una gran variedad de músicos, como Ethel Merman, Rudy Vallee, los Mills Brothers, Cab Calloway y Louis Armstrong [5] comenzaron a aparecer en los dibujos animados de los hermanos Fleischer. Su método era inusual: elegían una canción del artista presentado y luego desarrollaban una historia alrededor de la interpretación.

Sammy Timberg

En 1931, Calloway y Fats Waller comienzan a poner banda sonora a Betty Boop, que el siguiente año protagoniza “Betty Boop’s Museum” (1932), donde fue director musical –junto a Leo Fleischer- Sammy Timberg (1903-1992), compositor de las partituras que acompañaron a los cortos de la serie Stone Age (1940) –lanzada tras el éxito de Fantasía de Disney-, como “Granite Hotel” y –junto a Winston Sharples (1909-1978)- “The Ugly Dino” (versión mesozoica de “El patito feo”). Timberg y Sharples fueron también los encargados de poner música al episodio “The Artic Giant” (1942), en el que Superman combate a un dinosaurio que ha invadido Metrópolis, en la primera serie de dibujos animados de la televisión… aunque, lamentablemente, ese mismo año los Fleischer se verán obligados a cerrar definitivamente las puertas de su productora. Betty Boop desapareció, pero Popeye pasó a la Famous Studios junto a artistas como Isadore Sparber -dirigió para Harvey Films Cock-a-Doodle Dino (1957)- o Seymour Kneitel, que animó dinosaurios junto al marinero tuerto en Prehysterical man (1948) [6] y dirigió el episodio Dizzy Dinosaurs de la serie A Kartune Musical Short (1952). En todos estos cortos, volvemos a escuchar la música de Winston Sharples.

"The Artic Giant"

En 1929, Paul Terry deja el estudio de Van Beuren (véase el primer capítulo de esta serie) para fundar con el animador Frank Moser el Terrytoons Studio, que llegó a producir un millar de cortos. Philip A. Scheib (1894-1969) escribió numerosas partituras para la casa, incluidas las de 2,000 BC (1931, Moser), Club Life in the Stone Age (1940, Mannie Davids) o la aventura de su estrella Mighty Mouse “Prehistoric Perils” (1952, Connie Rasinski). Con sus arreglos jazzísticos, Scheib se las apañaba para hacer que la orquesta pareciese más grande de lo que era.

Super Ratón volverá a encontrarse con dinosaurios en su primer largometraje, Mighty Mouse in the Great Space Chase (1982), que recopilaba los episodios emitidos bajo dicho título en el programa The New Adventures of Mighty Mouse and Heckel & Jeckel (1979), incluidos aquellos en los que el roedor llega a un planeta con dinosauroides. La música era de Ray Ellis (1923-2008) y el cofundador de Filmation Norm Prescott (1927-2005), que también pusieron banda sonora a The New Adventures of Flash Gordon (1979-1982).

"Buddy's Lost World"

Tratando de capitalizar el éxito de las Silly Simphonies de Disney, Leon Schlesinger, propietario de Pacific Art & Title, produjo para Warner Bros. las series Looney Tunes [7] (1930) y Merry Melodies [8] (1931). La primera estaba protagonizada por el negrito Bosko –protagonista de “Congo Jazz” (1930)-, creado por los antiguos animadores de Disney Hugh Harman y Rudolph Ising, que en 1933 se lo llevan a la Metro. Schlesinger lanza entonces a Buddy, el Bosko blanco, que no tuvo mucho éxito pero protagonizó un corto con dinosaurios: “Buddy’s Lost World” (1935, Jack King), con música de Norman Spencer.

Carl W. Stalling

Pero la verdadera estrella musical de los dibujos animados de la Warner fue el antiguo organista del cine mudo Carl W. Stalling (1891-1972). Stalling había dado el salto al sonoro escribiendo las partituras de algunos de los primeros cortos de Mickey Mouse y, de hecho, fue a raíz de una discusión con el viejo Walt sobre si debía escribirse primero la banda sonora y luego producirse la animación o al contrario, que Disney decidió poner en marchas las Silly Simphonies, con música de Stalling. Cuando el verdadero creador del ratón más famoso del cine, Ub Iwerks, abandonó a Walt para fundar su propia compañía, Carl le siguió, encargándose de la música del episodio “The Cave Man” (1934), en el que el personaje Willie Whopper se las ve con un dinosaurio. Cuando la compañía quebró e Iwerks fue contratado por Schlesinger, Stalling volvió a acompañarle. Permaneció en la Warner hasta su jubilación en 1958, escribiendo partituras que engarzan a la perfección con los efectos sonoros, introducen citas a obras clásicas o populares, cambian rápidamente de estilo para adaptarse a la acción y son tremendamente efectivas a efectos humorísticos.

"Prehistoric Porky"

Entre su extensa producción debemos destacar, por la presencia de fauna mesozoica, “Daffy Duck and the Dinosaur” (1939, Chuck Jones), “Prehistoric Porky” (1940, Robert Clampett), “Caveman Inki” (1950, Jones) o “Pre-Hysterical Hare” (1958, Bob McKimson), donde también hay temas de Milt Franklyn, Philip Green, Geordie Homel, William Loose o Spencer Moore.

"Wild Wild World"

Debemos destacar que Stalling no trabajó solo, siendo imprescindible en su labor la ayuda de Milt Franklyn (1897-1962) como arreglista, orquestando todas las piezas citadas. Tras el retiro de Carl, Franklyn le sustituyó, creando partituras dinosaurianas como “Wild Wild World” (1960, McKimson). Por otra parte, WB insistió a Stalling en que utilizara todo el material que necesitara de su catálogo y, la preferencia de Carl por las partituras del hijo de inmigrantes rusos Harry Warnow a.k.a. “Raymond Scott” ha llevado a que, aunque éste no escribió sus obras [9] con el fin de acompañar dibujos animados, hoy sea considerado un compositor de música para animación. En 1936, Scott había formado un sexteto de jazz con el trompetista Bunny Berigan, que en 1939 transformó en big band, pasando a trabajar para CBS tres años después y, en 1943, vendió su catálogo a la Warner. Todavía en 2003, puede oírse citado un puñado de veces su tema Powerhouse en el filme Looney Tunes: Back in Action (Joe Dante).

Disney y Stravinsky

Tampoco Igor Stravinsky escribió La consagración de la primavera (1913) pensando en el Mesozoico, aunque sí hay una esencia de primitivismo en su rompedor ballet, cuyas disonancias y polirritmos escandalizaron a los auditorios prebélicos. Sin embargo, hoy permanece en el recuerdo de buena parte del público gracias a su adaptación animada en el filme de Walt Disney Fantasía (1940), al que ya dedicamos este post. El compositor dio su consentimiento a este segmento tras conocer el story-board, aunque más tarde se mostró disgustado con algunos detalles, como que no hubiera presencia de mamíferos (lo que Walt suprimió para no enojar a los creacionistas). Años después, el animador italiano Bruno Bozzetto realizó una suerte de versión paródica llamada Allegro non troppo (1976) para cuyo episodio evolucionista echó mano del Bolero de Ravel, que no supo nada de este proyecto, ya que había fallecido cuarenta años antes.


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[1] Walter Lanz firmó un segmento animado para la cinta, además de Scrub Me Mamma with a Boogie Beat (1941) o The Sliphorn King of Polaroo (1945), con música del trombonista Jack Teagarden.
[2] Mickey repite papel en Blue Rhythm (1931, Burt Gillet), donde también se atreverá con W.C.Handy. Sin dejar a Walt Disney, en Music Land (1935, Wilfred Jackson) asistimos a un enfrentamiento entre los instrumentos del país de la sinfonía y la isla del jazz. En cuanto a los largometrajes de la casa del ratón, el segmento de Make Mine Music (1946, Jack Kinney, Clyde Geronimi, Hamilton Luske, Joshua Meador y Robert Cormack) “All the Cats Join in” se basa en la música de Benny Goodman, en The Jungle Book (1967, Wolfgang Reitherman) el Rey Louie es un remedo de Armstrong y Baloo un apasionado del scat, especialidad que da nombre al trompetista Scat Cat, líder de la banda de “gatos-jazz” de la también póstuma The Aristocats (1970, Reitherman).
[3] Ambos firmaron también el corto de la gata loca Birth of Jazz (1932). Además, Harrison dirigió Swing Monkey Swing (1937), con los Basin Street Boys, y Gould Mother Goose in Swing Time (1939).
[4] Moïse, Claude Michel: Jazz, Cartoons, and Jazz Cartoons, 2009, Wesleyan University.
[5] Los racistas cortos animados de MGM incluyen Swing Wedding (1937), donde hacen apariciones estelares los Mills Brothers, Ella Fitzgerald, Cab Calloway, Fats Waller, Ethel Waters o Louis Armstrong, Swing Social (1940), que parodia los espirituales y el gospel usando jazz, o Romeo in Rhythm (1940).
[6] Gene Deitch lo hizo en Have Time Will Travel (1960).
[7] Incluyó el corto Three Little Bops (1957, Friz Freleng), con Barney Kessel o Shorty Rogers.
[8] A la que pertenecen los cortos Hittin’ the Trail for Hallelujah Land (1931, Ising), Clean Pastures (1937, Freleng), en el que el cielo se actualiza a base de jazz y el propio Satanás acaba arrepintiéndose, Coal Black & the Sebben Dwarfs o Tin Pan Alley Cats (ambas 1943, Clampett), en la que un gato con aspecto de Fats Waller debe elegir entre el jazz o la música religiosa.
[9] Salvo tres anuncios de veinte segundos para County Fair Bread de 1962.

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