miércoles, 8 de abril de 2020

Los dinosaurios de Tsuburaya Productions (II)

El mismo año que terminaba Dinosaur Expedition Born Free, después del verano de 1977 se estrenaba una nueva serie de Tsuburaya Productions en las televisiones japonesas que seguía dando un gran protagonismo a los dinosaurios, con sus secuencias en imagen real, mientras que las escenas de humanos continuaban realizándose mediante animación tradicional [1]. Esta segunda serie se llamó Dinosaur War Izenborg (Kyōryū Daisensō Aizenbōgu, 1977-1978).

Sin embargo, si en la primera serie la fauna del pasado era atendida como objetivo a salvar, en la nueva aportación se convertirían en villanos desalmados que solo buscaban la aniquilación de la humanidad.

De esta manera, se explica cómo los dinosaurios habían sobrevivido a la extinción confinados en el interior de la tierra —concepto reminiscente de Burroughs y sus mundos soterrados— y ahora emergían al exterior para destruir la humanidad, liderados por un maléfico tiranosaurio que respondía al nombre de Ururu. Los animales prehistóricos además habían desarrollado capacidades telepáticas, y algunos, como el villano, la capacidad de hablar. Eran, a todas luces, una suerte de supermonstruos.

Los únicos capaces de hacerles frente era el Equipo D, un escuadrón formado por cuatro integrantes entre los que se encontraban Ai y Zen, dos hermanos que a causa de un accidente en su cuerpo había sido instalada toda una gama de dispositivos de última tecnología; Goro, un veterano científico amante de todo tipo de mascotas; y Ippai, un testarudo pero bonachón individuo. Los cuatro pilotaban una supernave, con un taladro en la parte delantera, que además era capaz de dividirse para acudir cada sección a una misión diferente. Por si fuera poco, los dos hermanos eran capaces, gracias a sus circuitos biónicos, a fusionarse entre ellos y con la propia nave, logrando que la máquina realice todo tipo de maniobras para finiquitar a los super monstruos.

A lo largo de los treinta y nueve episodios, el equipo se enfrentaba a todo tipo de fauna, desde Stegosaurus capaces de controlar a las ratas con sus osteodermos, hasta Pteranodon que hacían lo propio con los murciélagos. Pero también había espacio para dinosaurios que no estaban por la labor de seguir las órdenes de Ururu, y eran acusados de traición por el tiranosaurio, que enviaba otras huestes para acabar con el desertor. Entre el amplio listado de animales del pasados con sed de destrucción podíamos encontrar también Styracosaurus, Allosaurus, Ankylosaurus, Trachodon, Tylosaurus, Parasaurolophus, Iguanodon, Ceratosaurus, Tarbosaurus, Rhamphorhynchus, Triceratops o incluso un Troodon, si bien su aspecto era mucho más parecido a un paquicefalosaurio.

Allosaurus

Styracosaurus

Troodon

Los argumentos ahondaban, entre combate y combate, aventuras por tierra, mar y aire, en los problemas de ego de los integrantes del equipo, o incluso con el propio ejército, con los que siempre estaban en rivalidad hasta que consiguen enterrar sus diferencias. Por tanto, pasando los más formulaicos episodios iniciales pasábamos a historias de lo más variopinto, incluyendo un flashback donde se contaba el accidente que había sufrido la familia Tachibana y que había terminado por convertir en ciborgs a Ai y Zen.

Ankylosaurus

Iguanodon

Monoclonius

Igualmente, a mitad de serie aparecía un nuevo villano Gottes —y su mujer Zobina—, ambos unos gigantes con máscaras y dotados con capa procedentes del espacio, y ante los cuales los dinosaurios rendían sumisión. Pero también en ese punto, Ai y Zen desarrollaban una nueva habilidad, y se transmutaban también en un enorme luchador con una espada gigantesca, luchando cuerpo a cuerpo contra las bestias. Hasta los propios dinosaurios dejaban de lado su morfología auténtica, y pasaban a ser extraños conglomerados de partes cibernéticas, miembros reptilianos y en algunos casos, segmentos y pelos propios de los mamíferos. Sin olvidar que durante el transcurso de la serie se estrenó La guerra de las galaxias (Star Wars, George Lucas, 1977), por lo que el Super Izen, el enorme luchador, llegado el momento su espada tiene un haz de luz muy similar a los sable laser de los jedis de la odisea galáctica de Lucas. En opinión del que suscribe, esta segunda parte perdía gran parte del potencial de la serie, al convertirse en un sucedáneo más de las aventuras de Ultraman —no olvidemos que pertenecía a la misma productora— y se transformaba en algo más genérico y propio de las series Sentai.

Ceratosaurus

Tylosaurus

Triceratops

En lo referente a las maquetas y trajes de dinosaurios, se realizaron siguiendo el sistema suitmation. Es decir, el clásico recurso de introducir personas en el interior de trajes. Se dejaba de lado el stop-motion de la serie previa [2], y se apostaba con todas las consecuencias por el recurso del hombre disfrazado, perdiendo ese intento de verosimilitud científico en favor de la fisicidad del suitmation. Llama la atención en ese sentido que para dar vida al Tyrannosaurus que domina al resto de dinosaurios, se empleó el mismo traje que el terópodo que había protagonizado The Last Dinosaur (Tsugunobu Kotani y Alex Grasshoff, 1977), una coproducción japo-americana entre Tsuburaya Productions y Rankin/Bass Productions.

Por otro lado, la parte de animación se realizó en los estudios Deen, que por entonces ya había participado en los animes de Doraemon y Ninja Hattori. De diseñar los personajes principales se ocuparon Haruyuki Kawashima, Osamu Yamaguchi y Mushō Kikuda, mientras que a la hora de realizar la animación las acreditaciones están un poco más difusas, si bien se sabe que Yoshinori Kanada, artista responsable de series como Plawres Sanshiro (Puroresu Sanshirō, 1983-1984), Tiger Mask II (Tiger Mask Nisei, 1981-1982), Getter Robo G (Gettā Robo Jī, 1975-1976) o Space Battle Yamato (Uchū Senkan Yamato, 1974-1975), participó en ella.

Musicalmente, se contó con las partituras de Toshiaki Tsushima, artista muy versado en producciones televisivas que también había compuesto las bandas sonoras de las películas Batalla más allá de las estrellas (The Green Slime, 1968) o Galaxias año 2000 (Wakusei daisenso, 1977) para la productora Toho. Las melodías de Tsushima para Dinosaur War Izenborg están repletas de ritmo, cargadas de sonoridades valerosas que alientan la batalla, en muchas ocasiones con un toque electrónico que ata las melodías al sonido de finales de los setenta. La verdadera maestría del compositor aflora cuando debe enmarcar musicalmente momentos dramáticos o íntimos, arrojando melodías altamente emotivas.

En Japón, simultáneamente con la emisión de la serie se publicaron desde libros infantiles que recogían las aventuras del Equipo D, hasta dos versiones manga dibujadas por Yūji Hosoi y Minoru Tonozuka, publiucadas en las revistas "Shōgaku 1 Nensei" y "Shōgaku 2 Nensei" respectivamente por la editorial Shōgakukan.







A nivel de repercusión, en su país natal funcionó muy bien, y al igual que ocurrió con la serie de Dinosaur Expedition Born Free, en Italia y Arabia Saudí tuvieron una gran acogida, más aún que la anterior. De hecho, para los sauditas se convirtió en un auténtico fenómeno cultural que dejó marcada a toda una generación. Tanto es así que uno de ellos, Jarrah Alfurih, con el paso del tiempo y hace aproximadamente tres años impulsó una operación para realizar un episodio especial que abordase la génesis y desarrollo de la serie, e incluso generar un segmento para celebrarlo en el que se volvieron a construir maquetas, los trajes de los villanos y la animación pertinente. Todo un festín para los seguidores de la serie que se puede disfrutar aquí.

En España, se pudo disfrutar de la serie gracias a un remontaje de los primeros cuatro episodios, titulado El ataque de los supermonstruos (aunque también circularon copias bajo el nombre de El equipo de los Super Héroes) que ya Koprolitos trató anteriormente, con un excelente doblaje castellano, en cuyas voces podíamos encontrar a Juan Lombardero (Zen), Delia Luna (Ai), Juan Carlos Ordóñez (Ippai), Francisco Aranzana (Goro), Ricardo Tundidor (El profesor Torii), Estanis González (emperador Ururu) o Victor Agramunt como el narrador.


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[1] El recurso de emplear animación tradicional sobre imagen real no fue exclusiva de Japón. En Australia, el artista Yoram Gross realizó varios proyectos de esta índole, como las aventuras protagonizadas por la pelirroja Dot, o Epic y el nuevo mundo (Epic, Days of Dinosaurs, 1984).
[2] Si bien se reciclaron algunos modelos en miniatura de Dinosaur Expedition Born Free para forjar ese pequeño fragmento en stop-motion donde se ven dinosaurios pastando en el interior de la Tierra, que luego quedan a expensas de los tiránicos gritos de Ururu.

OCTAVIO LÓPEZ SANJUÁN

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