JURASSIC TRACKS
Steven Spielberg se introdujo en el mundo de los dibujos animados a través de la productora Amblimation, que debutó con
An American Tail (1986, Don Bluth), con música de James Horner (1953-2015), recordado sobre todo por
Titanic o
Avatar. El éxito de la cinta revitalizó la animación, de capa caída desde el deceso de Walt Disney veinte años atrás (y cuya compañía renace de sus cenizas poco después con
La Sirenita) y animó a Spielberg a producir
The Land Before Time (1988, Don Bluth) o la menos exitosa
We’re Back! A Dinosaur Story (1993, Dick y Ralph Zondag, Phil Nibbelink y Simon Wells), ambas con dinosaurios y partitura de Horner.
James Horner
The Land Before Time
La London Symphony Orchestra y el coro infantil del King’s College ilustran el tema del amor materno-filial que hace de
En busca del
valle encantado una versión mesozoica de
Bambi. Piecito protagonizaría hasta trece secuelas para el mercado del video, todas ellas con música de Michael Tavera (y los temas de Horner que identifican la serie), y una serie de televisión con partitura de Cory Lerios; la mayoría de las canciones que aparecen a lo largo de la franquicia son obra de Michele Brourman, los largometrajes junto a Amanda McBroom y la serie junto
a Ford Riley. Al margen de su colaboración con Spielberg, debemos mencionar otra cinta con música de Horner,
Raptor (2001, Jim Wynorski), que reutiliza escenas de
Carnosaur (1993, Adam Simon) –a la que puso música Nigel Holton– y fue comercializada directamente en video. Terry Tompkins y Steve d’Angelo, que sumaron su talento musical al del equipo de la serie de televisión de
The Land Before Time, escribieron también las partituras de las series animadas
Harry and his Bucketful of Dinosaurs (2005, Tony Collingwood),
Kung Fu Dino Pose (2011, Peter M. Lenkov) o el videojuego
Sackboy’s Prehistoric Moves (2010).
John Williams (izquierda) y Steven Spielberg (derecha)
John Williams (1932) comenzó como pianista de Henry Mancini, ganó su primer Oscar por
Fiddler on the Roof (1971), en la que adaptó la partitura de Jerry Bock para el musical de 1964, y alcanzó la fama como compositor gracias al éxito de
The Poseidon Adventure (1972, Ronald Neame). Comenzó su fructífera colaboración con Steven Spielberg en el filme
The Sugarland Express (1974), aunque será la siguiente cinta,
Jaws (1975), con su famoso
motivo minimalista cromático acelerando, la que les eleve a ambos al altar de los dioses de Hollywood y facilite a Williams su segundo Oscar, tras el que llegaría el tercero y su consagración definitiva:
Star Wars (1977, George Lucas). Spielberg y Williams seguirían trabajando juntos en multitud de proyectos los siguientes años, aunque a nosotros el que verdaderamente nos interesa vio la luz en 1993:
Jurassic Park.
Jeff Goldblum, el Dr. Ian Malcolm en la saga jurásica, es también un gran
aficionado al jazzJurassic Park llegó en el momento preciso en que la CGI (Computer Generated Image) estaba preparada para tomar el relevo a los tradicionales efectos por stop-motion. El resultado fue tan espectacular que excitó la imaginación del público desatando por completo la dinomanía. En cuanto a
la partitura, el motivo sobre el que se construye el tema principal es bien sencillo: un lento trino (Sib-Do-Sib) sobre la tónica que desciende hasta la quinta (Fa) y la cuarta (Mib), las notas más básicas de la tonalidad. Sin embargo, la sencillez no es ningún hándicap en cuestión musical (el primer movimiento de la
Quinta Sinfonía de
Beethoven se construye por completo sobre dos únicas notas, una de las cuales se repite tres veces) y, a partir de esta célula básica, Williams consigue construir un emotivo relato que aún hoy sigue provocando elogios que van más allá de lo musical: “
Williams creó toda una obra maestra sonora para la película, siendo el compositor que mejor ha plasmado en melodía la belleza y grandeza de los dinosaurios (...)
Casi una experiencia religiosa, como él mismo manifestó. El compositor consiguió a través de la orquesta una de las piezas más hermosas de la historia del cine, sin duda alguna [1].”
Michael Giacchino
Williams se encargó también de la más oscura y salvaje banda sonora de la secuela
The Lost World (1997, Spielberg), mientras en
Jurassic Park III (2001, Joe
Johnston) –donde Spielberg se retiraría ya a la producción- cedería el puesto a Don Davis (1957), conocido por
Matrix, que básicamente reutilizó el material de Williams. Michael Giacchino (1967), que había debutado poniendo música a los videojuegos
The Lost World (1997) -adaptación de la segunda entrega de la franquicia- y
Warpath: Jurassic Park (1999), será el encargado de las siguientes, en las que respeta la herencia de Williams, pero impone su propia impronta logrando pasajes espectaculares de gran dinamismo junto a momentos íntimamente líricos:
Jurassic World (2015, Colin Trevorrow),
Jurassic World: Fallen Kingdom (2018, Juan Antonio Bayona) y
Jurassic Park: Dominion (2022, Colin Trevorrow); además, Giacchino había escrito la partitura de
Land of the Lost (1991), basada en la serie de televisión de 1974, con una country
banda sonora de Jimmie Haskel y música adicional de Linda
Laurie. Por último, habría que mencionar la serie animada
Jurassic World: Camp Cretaceous (2020, Zack Stentz), con música de Leo Birenberg.
La dinomanía impulsada por Jurassic Park se extendió tan rápido que ese mismo año aparecen las ya citadas We’re Back. A Dinosaur Story o Carnosaur, junto a un montón de películas y series de ambientación mesozoica [2], entre las que debemos destacar Super Mario Bros (Rocky Morton y Annabel Jankel) o el serial Prehysteria! (Albert y Charles Band).
Alan Silvestri
Compositor habitual de Robert Zemeckis (
Regreso al futuro) o la saga de los Vengadores de Marvel, Alan Silvestri (1950) puso música a la
adaptación a la gran pantalla del famoso videojuego de Nintendo donde aparece el dinosaurio Yoshi. Completaban la banda sonora de
Super Mario Bros la sintonía original del videojuego, de Kōji Kondō, y temas de
Roxette,
Extreme o
Joe Satriani [3]. Pero Silvestri también es el autor de la banda sonora de
Night at the Museum (2006, Shawn Levy), en la que cobra vida un esqueleto de tiranosaurio, o su secuela
Battle of the Smithsonian (2009, Shawn Levy), en la que le toca a un pteranodón. En la última fue ayudado en la orquestación por Dave Metzger (1960), que escribió la partitura para el episodio de la serie de televisión
The Legend of Tarzan [4] “Tarzan and the Hidden World” (2001, Victor Cook) y orquestó la banda sonora de John Powell
para
Ice Age: Dawn of the Dinosaurs (2009).
Por cierto, Kazuhiko Sawakuchi, que puso música al videojuego
Mario Party 2 (1999), es también autor de la música de la serie de televisión
Dino Girl Gauko (2019, Akira Shigino) y –junto a Akihumi Tada y
Shinji Miyazaki (1956), el principal compositor de la franquicia-
Pokémon, la película: Blanco (2011, Kunihiko Yuyama), muchos de cuyos “monstruos de bolsillo” protagonistas
están inspirados en dinosaurios.
Richard Band (1953) puso música con Michael Bishop al serial de su padre y su tío en el que una familia consigue cinco huevos de los que salen dinosaurios en miniatura. Pero
Prehysteria! no fue la única
aportación de Richard al cine de dinosaurios, ya que también es el autor de la partitura de
Reanimator 2 (1990), la serie
Josh Kirby: Time Warrior -hay dinosaurios en los capítulos “Planet of the Dino-Knights” (Ernest D. Farino) o “Eggs from 70 Million B.C.” (Mark Manos), ambos de 1995- y
TerrorVision (1989, Ted Nicolau), con The Fibonaccis.
La dinomanía despertada por
Jurassic Park impulsó todo tipo de proyectos, no sólo cinematográficos: ese mismo 1993, la compañía nipona Capcom lanzó el videojuego
Cadillacs & Dinosaurs, basado en el cómic
Xenozoic Tales (1987, Mark Schultz), al que puso
música Syun Nishigaki “Kobekko”, también autor de la que acompañó a
Dino Crisis (1999). En 1994 aparecieron una secuela, “
The Second Cataclysm”, con música de Jim Hedges y Mark
Miller, y una
serie de televisión (1994, Raymond Jafelice), a la que puso banda sonora John Tucker.
Jim Wynorski
El productor Roger Corman también se lanzó a explotar el filón, encargando un filme de ambiente mesozoico a Fred Olen Ray y Jim Wynorski. Consciente de sus limitaciones frente al poderío de los efectos de Industrial Light and Magic, Wynoski buscó inspiración en filmes de los 50 como
The Lost Continent, pero con “mejores dinosaurios y más chicas”. Así nació
Dinosaur Island (1994) que “no fue tanto un sucedáneo de
Jurassic Park como una película de mujeres de las cavernas”. El compositor de la banda sonora fue Chuck Cirino (1953), también autor de la música de los filmes de Wynorski
Dino Crock vs Super Gator (2010) o
Nessie & Me (2016), además de algunas de películas sobre serpientes aladas u hombres-reptil...
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[1] López Sanjuan, Octavio (2020) Hace un millón de años. Todo el cine de dinosaurios, Diábolo.
[2] Dinosaurs from the Deep (Norbert Moutier) -con música de Sylvaine Charlet-, Dinosaur Girls (Fred Olen Ray), Anpanman So-reike! Anpanman Kyōryū Nosshī no Daibōken (Akinori Nagaoka) –BSO de Taku Izumi y Hiroaki Kondo-, Rex: Kyōryū Monogatari (Haruki Kadokawa), El joven Gu y el dinosaurio Ju Ju (Hyung-rae Shim), el mediometraje Muttaburrasaurus (Graham Binding), el corto
de Disney Recycle Rex (Howard E. Baker), el episodio de Tom y Jerry “Cave Mouse” o las series de televisión The Terrible Thunderlizards -música de Dee Snider (Twisted Sisters)-, The Greedysaurus Gang (Tim Forder), Nekketsu Saiyô Gozaurer (Toshifumi Kawase) o Drag Kyoryu Ken (Go Nagai)... [4] “The Beast From Below” (2002, Don McKinnon) tiene música de Don Harper y John Van Tongeren.