Dr.Monekers es un diseñador gráfico del sur de España especializado en el diseño de camisetas con un estilo muy influenciado por la técnica del sumi-e. Se trata de un tipo de dibujo monocromático en tinta negra de la escuela de pintura china. Originaría de este país asiático durante el siglo VII, esta técnica se introdujo en Japón a mediados del siglo XIV por monjes budistas zen y alcanzó una gran popularidad. Entre sus numerosos diseños, Dr.Monekers ha realizado una serie de ilustraciones con algunos de los dinosaurios de la saga de Jurassic Park con este estilo. Puedes ver más sobre su trabajo y sus diferentes tiendas en webs de camisetas en este enlace.
De padre alemán y madre sueca, Charles Monroe Schulz (1923-2000) es el autor de la tira Li’l Folks (1947), publicada por el diario de la capital de Minnesota St. Paul Pioneer Press hasta que llamó la atención del United Features Syndicate, que la distribuyó a nivel internacional desde 1959 imponiendo el nombre de Peanuts. Protagonizada por Charlie Brown y su perro Snoopy, se trata de la tira más extendida de la historia [1], habiendo sido publicada en 2600 periódicos de 75 países traducida a 40 idiomas de 335 millones de lectores. Sus personajes han bautizado las publicaciones europeas Linus (Italia) y Charlie (Francia) en los 60. El 13 de febrero de 2000 se publicó de modo póstumo la última de sus 18.000 tiras pues Schulz, muere el día anterior. Ha sido adaptada al teatro en Broadway, a la radio, la televisión, el cine de animación o los videojuegos. No es una serie donde la presencia de dinosaurios sea habitual, pero hemos encontrado algunas tiras que queremos compartir con vosotros.
El 26 de enero de 1958, Lucy se entretiene haciendo muñecos con la nieve. Linus le pregunta si puede ayudarla, pero su hermana se pone borde, lo que no desanima al pequeño, que vuelca toda su ira en la escultura,
tallando un enorme dinosaurio.
En esta otra tira de 1960, los hermanos juegan a montar una maqueta de un tiranosaurio. Pero, como siempre, Linus acaba exasperando a su hermana, en esta ocasión ayudado por Snoopy.
Las más divertidas, sin duda, son las tiras del 7, 8 y 9 de julio de 1960, en las que vemos a Snoopy convencido de que es un feroz dinosaurio, dispuesto a sembrar el terror. También existe una versión animada,
que no podemos dejar de compartir aquí.
En esta tira más reciente (del 21 de julio de 1990), Charlie explica a Snoopy que en el paisaje que se extiende ante sus ojos, un día, los dinosaurios camparon a sus anchas... y nadie sabe qué fue de ellos. El perro lo
tiene claro: se debieron quedar sin galletas.
Dada la popularidad de la serie, los personajes han sido utilizados para elaborar material didáctico, como la serie Charlie Brown’s Super Book of Questions and Answers (1976), cuyo primer volumen estaba dedicado a los animales, incluyendo alguna página sobre los dinosaurios.
Para terminar, aquí tienes un juego online en el que Snoopy da rienda suelta a sus pasión por desenterrar huesos... (¿es un perro, no?) en este caso de dinosaurio.
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[1] Aunque algunas fuentes indican que Male Call (Milton Caniff, 1943) fue distribuida a 3.000 periódicos, se limitó al ámbito de la prensa militar gratuita.
A estas alturas, a los seguidores del blog no les extrañará encontrar a cowboys compartiendo peripecias con dinosaurios, pues hemos dedicado toda una serie de posts al paleowestern mesozoico (la verdad es que quien dice cowboys, dice nazis, zombies, ninjas... ¡¡¡Los dinosaurios casan con todo!!!).
Seguro que recuerdas la famosa trilogía del vaquero sin nombre de Sergio Leone con la deliciosa música de Ennio Morricone, que lanzó a la fama a Clint Eastwood. Precedida por Per un pugno di dollari (1964) y Per qualche dollaro in più (1965), Il buono, il brutto, il cattivo (1966) revitalizó el western en tierras de Almería, entre otras localizaciones hispanas (la escena del cementerio en Santo Domingo de Silos es verdaderamente antológica...) y hoy es aclamada como un hito dentro del género [1].
En The Good, the Bad and the Prehistoric, Martin Pierro y Zach Bassett nos presentan un homenaje a este clásico, del que no sólo toman prestado el nombre, sino también la idea de dar una vuelta de tuerca al género, sólo que en este caso esto se consigue mezclándolo con la ficción paleontológica. Hemos comenzado diciendo que tampoco se trata de una novedad en el mundillo de las viñetas, pero siempre es bienvenida una nueva aportación al subgénero.
Martin T. Pierro fundó Cosmic Times allá por 2008. Esta editora indie de cómics es responsable de títulos como Giant Robot Warrior Maintenance Crew, Deep Space Tragedy, From Blood, Arthur: The Legend Continues, Decisions: The Faces of the Stranger, Void of Heroes o Sugar Boogarz.
Zach Bassett no es demasiado conocido, pero ya ha trabajado en Zenescope, Alterna, Big Dog Ink o Bluewater Comics. Zach ha escrito el guión y es coeditor con Martin, y también se encarga de las ilustraciones, coloreado
por M.J. Eriksson, dibujante de series como The Thrilling Adventure Hour (Boom!, 2018) o Songs for the Dead: Afterlife (Vault, 2023).
Juntos, Martin y Zach pusieron en marcha en 2021 esta miniserie de tres números de 24 páginas a todo color, lanzando la primera entrega en régimen de micromecenazgo a través de la conocida plataforma Kickstarter. Pero, ¿cuál es la historia que tienen que contarnos?
Bueno, sitúate en el Far West... casi mejor, deberíamos decir el Paleo West, una versión del Lejano Oeste en la que los indios son trogloditas y los caballos o los bisontes han sido sustituidos por dinosaurios. El protagonista es Joel, un chaval que se ve envuelto en una trepidante aventura junto a su madre para cumplir la última voluntad de uno de los hombres de las cavernas y... bueno, si quieres saber más, tendrás que leerte el cómic. Sólo nos quedaría una cuestión y tendrán que ser los autores los que respondan: ¿Para cuándo el número dos?
Nicola Saviori es un artista nacido en Iseo (Brescia, Italia) en 1984. Tras finalizar la Educación Secundaria, se trasladó a Florencia, donde asistió a cursos de ilustración, cómic y animación en la Scuola Internazionale di Comics y comenzó a trabajar como ilustrador en el estudio gráfico Inklink durante tres años. En 2008 comienza a dibujar cómics para la editorial francesa Editions Soleil, donde permanece cuatro años con dos series activas: "Akron le guerrier" con guion de Giorgio Trinchero y Samuel Daveti, y "Questor", con guion de Jean-Luc Sala. En 2013 abandona el mundo del cómic por la ilustración y se centra principalmente en el sector de los videojuegos y el diseño de personajes. Ha colaborado en títulos como: "Hearthstone" para Blizzard, "Krosmaster Arena" para Ankama Games y "Duelyst" para Counterplay Games. Actualmente trabaja con Blizzard y Activision. En su obra encontramos numerosas referencias dinosaurianas, de las que dejamos una selección a continuación. Puedes saber más sobre el trabajo de Saviori en su página de ArtStation o en su cuenta de Instagram:
TuttiStori es una editora indie de los Alpes franceses especializada en literatura infantil, pero también tiene en su catálogo cómics educativos, como la novela gráfica que ha publicado a comienzos de este año, Jack Horner, chasseur de dinosaures. Se trata de la traducción de Olivier Lebleu del biopic del famoso paleontólogo que en 2021 lanzó la editora de las afueras de Detroit Sleeping Bear Press.
Jack Horner, Dinosaur Hunter! está escrita por la reconocida autora de literatura infantil norteamericana Sophia Gholz (1980) e ilustrada por el británico Dave Shephard, que no es desconocido en España, ya que se encargó del cuarto volumen de la colección Genios Ilustrados (Librero IBP, 2020), “Héroes de la ciencia que cambiaron el mundo”, que entre otras historias, incluía las peripecias de Charles Darwin y su teoría evolutiva. De manera que se trata de un autor especializado en divulgación científica, aunque también ha trabajado en Marvel (“Marvel Universe”, 2021) e ilustrado relatos de A.C. Doyle (“Hound of the Baskervilles”, 2019) o Lovecraft (“Call of the Cthulhu”, 2019; “The Dagon”, 2020) para Quid Publishing.
Darwin en "Héroes de la ciencia"
Los seguidores de este blog ya saben quién es el paleontólogo Jack Horner (1946), descubridor de Maisasaura y asesor de Jurassic Park, por lo que no es necesaria más presentación. Lo que en este cómic se van a encontrar es la forja de su vocación en la gravera de su padre en Montana, donde comenzó a cavar en cuanto fue lo suficientemente grande para sostener una pala. El hallazgo de una concha de almeja le hizo ver su
patio trasero como "un océano que cubrió la tierra hace millones de años, un océano lleno de bestias antiguas".
Horner descubre una almeja y su imaginación se dispara
Un día, mientras escalaba un acantilado, vio una extraña roca sobresaliendo, apartó la arena con sus herramientas y se dio de bruces con el esqueleto de un hadrosaurio. Pero en el viaje de Jack no todo iban a ser encuentros felices. También se nos narran los problemas que una dislexia no diagnosticada le plantearon en sus estudios y cómo lejos de desanimarse, perseveró hasta conseguir sus objetivos.
Horner, asesor paleontológico para el cine
Si quieres disfrutar de esta novela gráfica, puedes conseguir la versión original en inglés o la traducción al francés que acaba de lanzar TuttiStori. De momento, no hay versión española, pero confiamos en que algún editor se anime, es un estupendo regalo de Navidad para despertar vocaciones.
Publicado por Ediciones Ekaré, "¡Ugh! Un relato del Pleistoceno" es un libro ilustrado que nos presenta la historia de una tribu nómada que se desplaza buscando una cueva para el invierno hace miles de años. El escritor Jairo Buitrago y el ilustrador Rafael Yockteng, ambos con una extensa trayectoria en literatura infantil, vuelven a trabajar juntos para contar cómo en el Pleistoceno, los pueblos nómadas luchaban por sobrevivir paliando el hambre con peligrosas cacerías, siempre en franca inferioridad frente a los enormes y fieros animales que aún poblaban nuestro planeta; o huyendo de frecuentes desastres naturales que contribuían a modelar una nueva orografía.
En este contexto, la tribu caza, huye, triunfa, sufre, subsiste hasta dar con la cueva del oso, una bestia que no cederá su espacio voluntariamente. Lo curioso del libro, es que se trata de una obra estrictamente gráfica, en la que el texto original de Buitrago no se ha plasmado como tal y se transforma en imágenes retratadas con oscura belleza en los grafitos y las tintas blancas de Yockteng. El color, constante en sus pasadas colaboraciones, da paso al blanco y negro, y al lápiz.
Un personaje importante en la historia es la hija del clan. Tal vez durante este periodo, nacen las primeras manifestaciones artísticas como la que plasma la pequeña protagonista en la caverna donde se refugia el grupo. Es ella quien deja constancia de lo que pasó, quien registra para la posteridad lo que su gente experimentó al reflejarlo en las paredes milenarias. Es ella quien crea las historias.
La investigación sobre los mamíferos del Pleistoceno fue crucial para el ilustrador, quien ha declarado ser un amante de animales y criaturas del pasado. Esto se refleja a lo largo de la historia, como en la potente escena de la estampida de bisontes.
El libro consta de 64 páginas con 29 escenas en total y puede verse un previo del mismo aquí.
Anna Doronina es una ilustradora de Barnaúl (Rusia) con más de quince años de carrera. Su especialidad es el dibujo con la técnica del punteado, aunque también realiza creaciones con papel. Ha trabajado en numerosos proyectos en distintas partes del mundo, como diseño de packaging e ilustraciones para una startup en Estados Unidos, una serie de dibujos para una baraja de naipes en Serbia, una ilustración para una organización benéfica en Canadá... También produce sus propios productos físicos y digitales, entre los que destacan sus pósters infantiles con alfabetos en diferentes idiomas. De su obra, nos interesa el proyecto con ilustraciones de criaturas extintas que llevó a cabo como trabajo final en un curso de ilustración comercial que terminó con éxito hace unas semanas. Se trata de una serie de diseños realizados con la técnica del punteado destinados a un museo de ciencias que utiliza metafóricamente la combinación de diferentes épocas de la historia, desde el Mesozoico hasta el siglo XX. Así, los animales del pasado se mezclan con pinturas, instrumentos musicales, conchas o utensilios del hogar. Para conocer más sobre sus creaciones puedes visitar su cuenta de Instagram o su tienda de Etsy.
Al hilo de una charla que surgió hace algún tiempo en las RRSS sobre la correcta pronunciación de Tsintaosaurus, que según algunos debería ser “Ching-Dao-saw-rus” y no “Sin-taoh-saurus”, en tanto el nombre deriva de la ciudad de 青島 Qingdao [1], y puesto que los paleontólogos/as del “País del centro” (中国 Zhongguo) han revolucionado la disciplina en los últimos tiempos gracias a sus hallazgos de terópodos emplumados, hemos comprendido que existe cierta necesidad entre los estudiosos de los dinosaurios de adquirir unas nociones básicas de mandarín por lo que, siguiendo nuestra vocación de servicio público, en el siguiente módulo de nuestros cursos de verano vamos a intentar arrojar algo de luz sobre este bello e importante idioma (el más hablado del mundo tras el inglés).
El 汉语 Hànyǔ o lenguaje de los 汉 han, la etnia mayoritaria china (y el 20% de la población mundial), está constituido básicamente por monosílabos. Esto quiere decir que la unidad básica es la sílaba, o sea, cada sílaba tendría su propia pronunciación y significado, sería una palabra autónoma. Así letra, fonema, sílaba y palabra serían términos, en principio, indistinguibles. Naturalmente, si partimos de idiomas como el castellano, con cinco vocales [2] y cerca de veinte consonantes [3], las posibilidades semánticas darían como resultado un vocabulario de unos pocos cientos de palabras, incluyendo diptongos y consonantes dobles. Pero eso es porque nos falta una dimensión: el tono. Una misma sílaba puede pronunciarse en mandarín de hasta cuatro formas distintas (a las que habría que añadir una quinta o “tono neutro”, sin ningún énfasis):
Tono 1: Se pronuncia elevando el tono de la voz y se representa con una raya horizontal, como en 獅 Shī (león).
Tono 2: Se pronuncia de modo ascendente (como si preguntáramos algo) y se representa con una línea ascendente, como en 石 Shí (piedra).
Tono 3: Se pronuncia descendiendo y ascendiendo sucesivamente y se representa con un pequeño semicírculo, como en 使 Shǐ (hacer que).
Tono 4: Se pronuncia de modo descendente y se representa con una línea... descendente, claro, como en 士 Shì (sabio, soldado).
Las profesoras del Instituto Confucio te enseñan a distinguir los tonos en este video.
Esto ya permite unas cuantas combinaciones, pero ahí no termina la cosa y lamento decir que una misma sílaba con un mismo tono puede escribirse de formas distintas... Sí, amigos, a veces los chinos se escriben en el aire cuando una palabra no queda clara por el contexto y pudiera existir alguna mala interpretación.
De manera que no basta con saber pronunciar los tonos, también es necesario conocer los caracteres chinos o 汉字 hanzi (las “letras de los han”). Para tratar de facilitar su conocimiento –antaño reservado a los escribanos-, en la segunda mitad del siglo pasado el gobierno chino emprendió una tarea de simplificación (p.ej.: antes 汉 Han se escribía 漢). Existen casi cincuenta mil hanzi, aunque se considera que la plena alfabetización se alcanza con “sólo” tres o cuatro mil. Aún así supone una ímproba tarea y podría explicar por qué los chinos tienen los ojos rasgados y todos los estudiantes extranjeros de chino llevan gafas.
Por eso, para facilitar el aprendizaje se han desarrollado sistemas de romanización o escritura silábica para occidentales. El lingüista 赵元任 Zhào Yuánrèn (el apellido va delante en chino) escribió un divertido poema en la década de 1930 para ilustrar lo limitado de este sistema, ya que sus hanzi pueden leerse sin ningún problema (una vez que los has aprendido, claro) pero si se ataca con silabarios es un galimatías incomprensible. El primer verso de la “Historia de Shi, el devorador de leones” reza (y aquí hay varias palabras que ya te hemos presentado al hablar de los tonos): 石室詩士施氏, 嗜獅, 誓食十獅。Shíshì shī shì shī shì, shì shī, shì shí shí shī. (“En una guarida de piedra estaba el poeta Shi, al que le encantaba comer leones, y decidió comerse diez.”) Para que te hagas una idea de cómo suena, puedes escucharlo aquí y, por si te has quedado con las ganas de conocer la historia del poeta glotón, aquí está la traducción.
石狮 (Shíshī),esto es, "León de piedra"
En cualquier caso, los hanzi no deben asustarnos. Muchos de ellos son verdaderos pictogramas que representan gráficamente su significado y son fácilmente asimilables. Veamos un ejemplo: 人 (rén) significa “hombre” y es lo que cualquiera haríamos con dos dedos para representar a un ser humano andando. Bípedo erguido=Hominino (que no se nos olvide que estamos en un curso para paleontólogos/as). Pues bien, para expresar “grande” con mímica
seguramente todos abriríamos los brazos de par en par, esto es, 大 (dà). 犬 (quǎn) significa perro y, aunque sin duda se trata de mi propia interpretación, me sugiere que un perro grande nos hace sudar una gran gota de miedo. Esta palabra se ha transformado en el radical (una parte que se repite en muchos hanzi de significado o pronunciación parecida) que aparece a la izquierda en muchos nombres de animales, como 猪 zhū (cerdo), 猫 māo (gato –facilísima de recordar ya que se pronuncia como un maullido-) o uno que ya conocemos, 狮 shī (león).
大猫 (Dàmāo)
Un hanzi fundamental para cualquier paleontólogo/a es 龙 lóng (dragón). Los dragones son unos seres benefactores en la mitología oriental, a diferencia de los terribles dragones de los mitos nórdicos. La mayoría de los nombres de dinosaurios (恐龙 Kǒnglóng) se forman con este sufijo, que equivaldría a “saurio”.
Por ejemplo, el nombre del troodóntido 寐龙 Mèi lóng significaría “Dragón dormido”. A propósito de dormir, cama en chino es 床 chuáng y, como puedes ver, es un hanzi muy parecido a 寐 Mèi.
帝龙 Dì lóng, el pequeño dinosaurio tiranosauroide emplumado, sería el “Dragón emperador”.
El microraptor de larga cola 舞龙 Wǔ lóng sería el “Dragón bailarín”. Con estos mismos hanzi se designa el típico espectáculo en el que un grupo de personas se disfrazan de dragón y recorren las calles danzando y que seguro que habéis visto si habéis asistido alguna vez a la celebración del año nuevo chino. Por cierto, 2024 será el año del dragón, según el horóscopo chino... ¿nos traerá esto nuevos hallazgos espectaculares en la biota de Jehol?
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[1] Tsintao es una forma antigua de romanización. Lo cierto es que Tsintaosaurus es una occidentalización del hanzi 青岛龙属, que se lee Qīngdǎo lóng shǔ [ching-tao-long-shu], aunque podría decirse simplemente 青岛龙 Qīngdǎo lóng, esto es “el dragón de Qīngdǎo”.
[2] Más o menos parecidas a las chinas, cuya “e” estaría a medio camino entre “e” y “o”, y que también cuentan con una “ü” similar a la alemana.
[3] La “d” de los silabarios romanizados con los que suele transcribirse el chino es una “t” suave, frente a la “t” mucho más plosiva china; la “b” sería una “p” suave y la “p” china una muy plosiva; la “g” china se pronuncia como la “c” de “cosa” y la “k” es mucho más plosiva; la “h” china es aspirada como la inglesa, del mismo modo que la “j” se pronuncia como en “jeep”; la “q” sería una “ch” suave y la “ch” china sería mucho más plosiva; la “z” sería una “ts” suave y la “c” otra muy plosiva; la “x” sería una “sh” suave y la “sh” equivaldría a la inglesa; quizá la más difícil sea la “r”, que se pronuncia entre “ll” y “sh” y debe vibrar. No ofrecerían problemas a un hispanohablante la “f”, la “m”, la “n”, la “l” o la “s”, mientras la “w” y la “y” son también semiconsonantes.
Koprolitos trata de recopilar referencias paleontológicas en la cultura popular, internet, cine, música, cómics, etc. Desde pelis de dinosaurios a tebeos con mastodontes, pasando por infames fotomontajes de temática pseudorreligiosa. Todo ello tiene cabida en este blog con la finalidad de pudrir un poco más el cerebro de la humanidad.
Cómic en formato A-5 a cargo de Carlos de Miguel inspirado en el inktober que realizó en 2023 y que cuenta la historia de un Pararhabdodon isonensis a finales del Cretácico Superior. Con portada de Ferrutxo, epílogo de Jesús Gamarra y contraportada de Adrián Blázquez Riola. Más información aquí.
Libro conmemorativo con motivo del 50 aniversario del estreno de "El valle de Gwangi" que propone un viaje que nos transportará hasta valles prohibidos del cine de dinosaurios (Octavio López Sanjuán), pasando por los meticulosos efectos especiales del mago de la animación Ray Harryhausen (Carlos Díaz Maroto) y algunos episodios curiosos del rodaje (Pepe Alfaro), para acabar desgranando aspectos paleontológicos de la película (Iván Narváez y José Luis Sanz) y de las últimas cinco décadas de paleontología de vertebrados mesozoicos en Cuenca (Francisco Ortega). Puedes descargarlo aquí.
Una novela negra ambientada en el Mesozoico y protagonizada por dinosaurios. Escrita por Charlie Charmer e ilustrada por Carlos de Miguel. Más información aquí.
Koprolitos Academy
Excavamos más profundo
Creo que hay un monstruo debajo de la cama
El Gran Libro de los Dinosaurios
El Comicsaurio: La Historia de los cómics de dinosaurios
Cuando los dinosaurios dominaban la tierra (1988-2020)
Hace un Millón de Años: Todo el cine de dinosaurios (1914-1987)