Winsor McCay: Resucitando a los dinosaurios (y II)
Terminamos la entrada anterior con un ejemplo de la presencia de dinosaurios en las oníricas aventuras de Little Nemo. Sería precisamente esta serie el objeto del primer experimento animado (¡a todo color!) del artista, en 1911, a la que siguió una de sus Dreams of a rarebit fiend [1], How a mosquito operates (1912), en la que se atreve a introducir fondos aunque tenga que calcarlos por completo, fotograma a fotograma. Alentado por los resultados, decide consagrarse al dibujo animado, creando una de las primeras productoras especializadas, Animated Cartoons.
Tras un encierro de seis meses, en febrero de 1914 presentó a la humanidad a Gertie, the dinosaur, “el único dinosaurio en cautividad”. Su virtuosismo gráfico y capacidad de trabajo fueron claves para dar vida al saurópodo, que se contonea con realistas movimientos ante el primer fondo plagado de detalles del dibujo animado [2], donde el artista refleja la profundidad de campo variando el tamaño de sus personajes. El gran éxito de la cinta propició una secuela inacabada, Gertie on tour (1921), en la que McCay ya adopta la técnica del cell process.
En Las tres edades (1923) -sobre estas líneas-, Buster Keaton homenajeó al brontosaurio: “¿Recuerdan Gertie, el dinosaurio?... La primera comedia animada jamás realizada. La vi en un nickelodeon cuando tenía catorce años. Cabalgaré en un dibujo animado” [3] (traducción propia).
Gertie ha sido también el modelo utilizado para una atracción-heladería de Disneyworld o un parque infantil en Spring Lake, localidad natal de McCay.
En 1921 fue forzado por Hearst [4] a abandonar las cámaras, que absorbían gran parte de su tiempo en detrimento de sus obligaciones para con la prensa. Esto no eliminó la fascinación de McCay por los dinosaurios, como puede comprobarse en Oblibion’s cave (1922), viñeta editorial en la que ilustra una peculiar cámara de tortura.
Su hijo, Bob McCay (1896-1962) fue dibujante profesional también, aunque no llegó a alcanzar el genio de su padre, tras cuyo fallecimiento en 1934 trató de desarrollar sin mucha fortuna Little Nemo, tira para la que de niño había servido de modelo. En esta plancha algo más personal, titulada Dino, Bob muestra que no solo heredó dotes artísticas de su padre, sino también la afición a los dinosaurios.
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[1] Edwin S.Porter había realizado una adaptación temprana con actores en 1906, y el propio McCay animará más episodios en 1916-17.
[2] Que el vecino de McCay, el estudiante de arte John A. Fitsimmons dibuja una vez que las líneas generales del personaje han sido trazadas. Además, introducen un sistema novedoso de intercalado, que no patentó: dibuja los movimientos principales primero y más tarde los intermedios. El realismo resultante de todo ello es asombroso. John Randolph Bray, que había fundado su estudio el año anterior, realizando para Pathé varios filmes en los que organiza el trabajo con animadores, ayudantes y asistentes, le demandará por usar sus hallazgos (papel de calco, animación cíclica, marcas de registro…), lo que no prosperó, a diferencia de la contrademanda de McCay.
[3] Crafton, Donald: Before Mickey: The Animated Film (University of Chicago, 1993).
[4] Curiosamente, Hearst había impulsado su propio estudio animado, el International Film Service (1916-18), para adaptar las tiras de sus diarios a la pantalla; McCay no produjo nada para el mismo.
3 comentarios:
Buen trabajo, colegas!
¡Gracias Astu! El mérito es de Charlie Charmer.
Abrazos
Bueno, el mérito en realidad es de Windsor Mc Cay.
Muchas gracias
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