lunes, 4 de julio de 2022

La Voz del Mesozoico (IX): La Dictadura de Primo de Rivera

Consentido por Alfonso XIII, el golpe de estado de Primo de Rivera, el 13 de septiembre de 1923, puso al país bajo la dictadura del General hasta 1930. Pese a la institución de la censura [1], la prensa continuó dando noticias del Mesozoico. Ya hemos visto la labor en este sentido del Grupo Prensa Gráfica o los diarios de Urgoiti. Pero hubo muchos más.

El diario de Valencia Las Provincias reprodujo muchos artículos paleontológicos aparecidos en otros diarios [2]. Además, el diario republicano de Valencia El Pueblo incluyó el 19 de abril de 1925 una reseña sobre la “Expedición científica” en la que “Chapman buscará pruebas sobre la existencia del hombre prehistórico, contemporáneo del dinosaurio.” El 8 de septiembre de 1928, El Pueblo publica el artículo de Enrique Llobregat “El calor es manantial de vida”, donde explica la evolución de la vida –pasando por el Triásico, cuando “cruzó el espacio la primera de las aves, el pterodáctilo”- en la Tierra gracias al calor del Sol.

Pterodáctilos (Harder, 1916)

El 20 de noviembre de 1923, El Cantábrico cuenta que se están examinando en el Museo Americano de Historia Natural los 25 huevos traídos del Gobi y uno contiene el esqueleto de un dinosaurio que no llegó a romper el cascarón; esta noticia se reeditó al día siguiente en La Provincia (Lugo), que el 22 de enero de 1924 comunica que uno de los huevos se ha puesto a la venta, tal como informaba la víspera El Diario Palentino [3]; finalmente, este huevo fue adquirido por la Universidad de Colgate (Nueva York), como informa el 24 de febrero el Diario de la Marina, y el día 28 El Debate nos desvela que costó cinco mil dólares [4], que El Pueblo Cántabro traduce en “Cerca de ocho mil duros”. El 2 de noviembre de 1926, El Cantábrico informa del descubrimiento en una cantera de Fletton (Inglaterra) de un Plesiosauro feroxor.

En el Noticiero de Soria, J. Rosell nos contaba el 1 de septiembre de ese 1924 como serían “Los habitantes de Marte según Flammarion”. Ya hemos hablado varias veces del divulgador galo en esta serie y también hemos visto un ejemplo de ficción especulativa en torno a los venusinos en el Diario Universal de 1912. Pues bien, interrogado sobre las probabilidades de contactar con los marcianos, Camille Flammarion habría dicho –según Rosell- que “Tal vez ellos lo intentaron ya en los tiempos del Iguanodonte y del dinosaurio. Y tal vez, cansados, abandonaron las tentativas…” Otro diario de la provincia, La Voz de Soria se hizo eco el 15 de enero de 1924 del descubrimiento de Chapman en el Gobi, que comenta entre chascarrillos: “Reina la alegría entre los conservadores del Museo de Historia Natural de New York, porque acaban de recibir, intactos, aunque no frescos, veinticinco huevos de ‘dinosaurio’” y añade “Evidentemente, no son huevos del día”.

Roy Chapman Andrews, el hombre del momento

También se refirió a esta excursión El Diario Palentino –el 21 de septiembre de 1921 había informado del hallazgo de dos ictiosaurios en la provincia- de 21 de abril de 1928 en su breve reseña “A Mongolia en busca de las huellas del ‘hombre primitivo’”, donde nos cuenta que Andrews vuelve a las andadas. El 23 de abril reedita la reseña La Voz de Teruel y el 25 La Tierra: Órgano de la Asociación de Labradores y Ganaderos del Alto Aragón, incluyendo la errata final “El doctor Andrews encontró hace algunos años en los desiertos del Asia central los primeros huesos [en lugar de “huevos”] que se conocen de un dinosaurio.” Por cierto, en su edición de 4 de diciembre de 1924, La Tierra incluía un chiste paleontológico.

Deseoso de ampliar sus conocimientos, Gedeón asistía a una serie de conferencias de vulgarización científica. Una noche, el conferenciante, comentando una proyección luminosa, dijo: - Este es un ‘diplodocus’, uno de esos monstruos primitivos que existían millones de años antes de la aparición del primer hombre sobre la Tierra, ¿Hay quien quiera preguntar algo? Gedeón reflexiona un momento, se levanta e interroga: - Caballero: si este animal vivía tantos años antes del primer hombre, ¿Cómo conoce usted su nombre?” [5].

El 15 de julio de 1924, la anarquista La Revista Blanca (1898-1936), de Juan Montseny, a.k.a. Federico Urales, que contó con colaboradores como Leopoldo Alas “Clarín”, Miguel de Unamuno o Francisco Giner de los Ríos, publicó el artículo divulgativo “Evolución física de la Tierra” –con somera descripción de la fauna antediluviana-, de Adrián del Valle. El “Anuario” (1901) de La Revista Blanca se transformó en Almanaque de Tierra y Libertad en 1904, cuando presenta el artículo “Formación de la Tierra” repasando las edades geológicas y la evolución de la vida, que reeditará en 1923 La Velocidad.

El 17 de junio de 1925, La Correspondencia de Valencia publicó “Veintitrés cajas con huesos de dinosaurio”, donde dan cuenta de los descubrimientos de los alemanes en África Oriental. Tras la guerra, el yacimiento de Tendaguro había pasado a manos británicas y, ahora, el paleontólogo canadiense W. E. Cutler (moriría en agosto de ese mismo año) había vuelto a continuar el trabajo de campo.

Tendaguro: En los tiempos del colonialismo, quien realizaba la labor de campo más dura no era el paleontólogo

El jueves 8 de octubre de 1925, el Diario de Burgos traía en su portada la columna de Antonio José “Apunte inútil” en la que narra un paseo por un parque malagueño que le hace pensar en el jardín del Edén, “y más de una vez he pensado en los sobresaltos de Eva si volvía la cabeza mientas lavaba y se daba de manos a boca con algún ‘diplodocus’ padre u otro bichito por el estilo”.

El 28 de octubre de 1925, la portada del Diario de Almería incluyó una sección de paleontología en la que “Esecegé” dio una visión general sobre los dinosaurios. El 7 de diciembre de 1926, dicho diario informaba del hallazgo de un pterodáctilo en Plymouth.

En octubre de 1926, Revista de Menorca: Ciencias, artes y letras publicó el artículo de E. Castaños (pp. 298-312) “Historia y porvenir de la Tierra” donde, por toda fauna mesozoica, menciona al Diplodocus... El 1 de abril de 1927, la cordobesa Revista Popular (1925) publicó el pesimista artículo “El callejón sin salida”, que plantea que el Homo sapiens es una equivocación de la naturaleza y, como tal, resolverá mediante su abandono y eliminación, tal como “Abandonó al ictiosaurio, al manmout (sic), al dinosaurio, a gran parte de la fauna de ayer”.

Charles Bailly-Baillière inauguró en 1848 en Madrid una sucursal de su librería parisina. También destacó como editor [6], impulsando la “pequeña enciclopedia popular de la vida práctica” Almanaque Bailly-Baillière (1895-1937), que en 1904 incluyó el artículo “Aspectos antiguos de la Tierra”, con un capítulo dedicado a los grandes reptiles de la edad secundaria, y en 1927 “Los fósiles, maravillosos testigos de los siglos pasados”.

El 15 de febrero de 1927, La Voz de Córdoba afirma que “El sucesor más directo, aunque indeciblemente degenerado, de la formidable especie antediluviana de los ‘diplodocos’ (...) es, indudablemente, el modesto y pacífico canguro” y se quedan tan ancha.

El 23 de mayo de 1928, el periódico tinerfeño El Progreso publica el artículo satírico de Ramón Calvo “En Idiotinois (Estados Unidos) se disputa la compra del Plexiosaurio mayor del mundo, hallado en Las Cañadas (Tenerife)”. El 27 de marzo de 1924, el diario republicano de Santa Cruz de Tenerife La Prensa (1910-1939) publica un anuncio en forma de reportaje, que titula “Lo que las ciencias y el comercio deben al automóvil”, glosando las maravillas de los Dodge que Roy Chapman Andrews utilizó en sus expediciones al Gobi y concluyendo con la dirección de los concesionarios tinerfeños; sin embargo, el 1 de junio, Córdoba Automovilista aseguraba que los vehículos utilizados por Andrews eran en realidad Buick... El 4 de abril de 1929, La Prensa publicó el artículo “El profesor Tilney y sus interesantes teoría sobre el cerebro humano”, en el que podemos leer “Esto explica porqué perecieron los animales monstruosos de ciertas épocas. El gran dinosaurio tenía un cerebro muy reducido: no progresó y desapareció”.

El 10 de marzo de 1930, El Porvenir Castellano (1912-1934, Soria) dio cuenta en su apartado de “Curiosidades” de que “A fines del siglo pasado fueron descubiertos en Wyoming los restos de un brontosauro. Sus huesos fosilizados pesaban 20.000 kilos, lo cual permitió calcular que el coloso pesaba en vida unos 60.000. Tenía 39 metros de largo” [7].

Uno de los dinosaurios de Hagenbeck

El 23 de abril de 1930, aparece en La Voz de Aragón el artículo “El paraíso de los animales”, en torno al zoo de Hagenbeck, incluidas las estatuas de dinosaurios de Pallenberg. El 26 de mayo de 1932 dedica un artículo al “Pterodáctilo Mark IV” de G. T. R. Hill. El 2 de enero de 1930 La Voz de Aragón publicó la breve reseña “Descubren un fósil que mide diez metros de longitud y dos de ancho”. Se refiere al hallazgo cerca del río Martín del primer dinosaurio de Marruecos. El 4 de enero, El Correo Extremeño apunta que el fósil “parece remontarse a unos trescientos años”, afirmación que desde luego justificaría la siguiente: “Este descubrimiento parece destinado a destruir numerosas teorías referentes al origen de los terrenos de África del Norte”. Además, en tanto en España no hay paleontólogos y dado que los vestigios parecen datar del siglo XVII, “Una comisión de arqueólogos saldrá en breve de Madrid para estudiar este hallazgo” [8].

El 26 de julio de 1930, bajo el titular “Se trata de un animal prehistórico”, La Voz de Cantabria da cuenta del descubrimiento en África de un nuevo dinosaurio “de forma parecida a una jirafa, con piel análoga a la de un lagarto. La longitud de los dientes es de seis pulgadas, con circunferencia de cinco pulgadas y tres cuartos. La cola tiene 25 pies de largo y su pescuezo 70” [9]. El 29 de noviembre, en “Actualidad asombrosa y porvenir incierto”, J. M. F. de Gorordo habla del progreso y compara el silbido de las locomotoras con “los gritos que lanzaron a las soledades del mundo los brontosaurus, los iguánodon y todos aquellos monstruosos reptiles antediluvianos”.

La Unión Ilustrada

La malagueña La Unión Ilustrada (1909-1931) es considerada la mejor revista gráfica andaluza de anterior a la Guerra y fue distribuida a lo ancho de España y América. En el número de 15 de junio de 1930, apareció el artículo “Curiosidades prehistóricas”, escrito por “Jarilla” y con fotografías de Gil del Espinar, en el que la estrella será una vez más Diplodocus.

Algo (1929-1938, Barcelona) fue un semanario inclasificable, con noticias, textos divulgativos, mucho humor y algunas historietas. El 10 de agosto de 1929, publicó “Hace cien millones de años” y, el 28 de septiembre de 1929, “En Inglaterra se encuentra un nuevo ictiosauro”.

Los huevazos (con perdón) de Lepzcu

El 23 de noviembre de 1930, El Día Gráfico informa del descubrimiento por primera vez en América de huevos de dinosaurio, por el escocés L. Lepzeu. El 22 de febrero de 1931, el diario publica la foto (Keystone) de Mr. Tidwell junto al cuello del plesiosaurio que ha descubierto en Texas (debajo).


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[1] Gérard, Mathieu, “Prensa y censura en España durante la dictadura de Primo de Rivera (1923-1930). El ejemplo de la reacción del periódico El Sol al golpe de Estado”, en Ab Initio, Núm. 8 (2013), pp. 181-198, disponible en www.abinitio.es
[2] Como “Lagarto, lagarto” del Diario de la Marina de 23 de enero de 1923 en su “página infantil” del sábado 4 de agosto, que reeditó bajo el titular “Lagartos antediluvianos que tenían de largo 45 metros”. El 12 de julio de 1924 reprodujo el artículo aparecido en Alrededor del mundo en marzo de 1900 “Los animales más antiguos”. También se hizo eco Las Provincias de las prospecciones de Roy Chapman Andrews en Asia en sus ediciones del 14 de septiembre de 1924 y el 24 de octubre de 1928; cuatro días antes, reproducía la noticia aparecida en El Debate del 18 de octubre sobre la ampliación del Museo de Ciencias
[3] Y reeditará el 26 de febrero La Voz de Soria.
[4] La Libertad lo publica el 1 de marzo.
[5] Este chiste fue reeditado al día siguiente en El Eco de Santiago.
[6] En 1912 se fusionó con el editor catalán Riera y editará el Anuario general de España.
[7] El 28 de febrero de 1931, La Correspondencia de Valencia publicó un apunte muy similar, reeditado el 2 y 3 de marzo en La Voz de Córdoba, el 10 de junio en el Heraldo de Almería, el 30 de diciembre de 1932 (incompleto) en La Tierra o, el 13 de febrero de 1936, en Heraldo de Castellón.
[8] También se hicieron eco de la noticia el 7 de enero de 1930 El Telegrama del Rif -el 12 de febrero de 1931, en su sección de “Curiosidades de la naturaleza”, realiza una pequeña reseña divulgativa sobre Diplodocus- y el 6 de febrero el breve “diario gráfico independiente” Más (1930, Madrid). El 5 de febrero, La Voz de Cantabria refiere que, según El Sol, el dinosaurio del río Martín era en realidad los restos de una segadora mecánica.
[9] Es decir, los dientes de este saurópodo medirían 15 cms., la cola 7,6 m. y el cuello 21 m.

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