Icnitas (Juan José Santana)
El viejo Ford Ranger traqueteaba por el pedregoso sendero. En su interior viajaban dos personas, Miguel de unos 19 años y Fidel de 47. Las sierras del interior de Alicante los saludaban con todo su esplendor. Un mar de pinos con un espeso sotobosque de romero y carrascas les saludaban con todos sus aromas. Miguel parecía un tanto incomodo.
- Muchacho, hoy tenemos una faena importante.
- ¿Que faena? (Miguel parecía extrañado)
- Vamos a cazar especies exóticas.
- ¿Como dice?
- Lo que oyes, la gente antes abandonaba perros y gatos pero ahora ya no se conforman con eso...
- No se a que se refiere...
- ¡Es que ya no os enseñan nada cuando estudiáis hoy día! (Lo cortó Fidel visiblemente irritado)
- No sé de que me esta hablando...
- Da igual, ya hemos llegado. Hace tiempo que llevo viendo huellas curiosas en esta zona. ¡Abajo!
Fidel le entregó a Miguel una vieja escopeta repetidora del calibre 12 con visibles marcas de uso y un puñado de cartuchos de posta, mientras él cogía un viejo rifle de cerrojo del 308 y un peine con balas. Miguel, con la cara desencajada en una mezcla de miedo e incomprensión, apenas puede seguir a Fidel por la estrecha senda de animales. En un momento dado Fidel agachó su rechoncha figura junto a un charco, resto de las últimas lluvias.
- Mira, esta es una huella de dromeosáurido.
- Si, es una bonita icnita (dijo Miguel), pero no es de ningún dinosaurio parece de algún tipo de perisodáctilo.
- ¿Icnita?
- Si, una icnita, una huella fosil.
- No esta fosilizada, es fresca. ¿Es que no lo ves? (Explicó Fidel comprensivo)
- ¿Pero que esta diciendo?
El cuerpo de Fidel comenzó a temblar mientras su semblante se alteraba.
- Digo que primero fue aquel yanki que se dedicó a crear híbridos de pato y cocodrilo, luego ese tal Horner o Forner y su maldito pollosaurio, y ahora esos colgados de NGN que han empezado a clonar dinosaurios para venderlos como mascotas. Estos malditos montes están llenos de estos bichos, todo el maldito mundo esta lleno de esos bichos y te van a comer... ¡A eso me refiero!
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- Entonces me giré y vi como un Deinonychus tenía a Miguel cogido por el cuello. Yo salí corriendo y bueno... aquí estoy.
Fidel estaba en una poco iluminada sala de interrogatorios. El interrogador era un teniente de la guardia civil con cara de pocos amigos y mucha mala leche.
- Mire Fidel, sabemos de su problema psicológico pero necesitamos su ayuda. Usted no es guarda de campo, Miguel no estudió para ello, era paleontólogo. Ha aparecido usted con la ropa completamente llena de sangre y no tiene escapatoria, pero necesitamos su ayuda. Por favor, céntrese y díganos que hizo con el cadáver. ¿Dónde lo escondió?
PALEOSHINOBI (Juan José Santana)
Otro de los relatos presentados al Segundo Certamen Literario Koprolitos.
¡Muchas gracias por participar Juan José!
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