lunes, 1 de julio de 2019

Los mundos perdidos de Messmore & Damon

G. H. Messmore

George Harold Messmore comenzó realizando atrezo para la Ópera Metropolitana de Nueva York, desarrollando gran habilidad para construir muñecos mecánicos. Fundó un taller en 1916 con el modelador Joseph Damon, becado por la Art Students League, que confesaba haber obtenido buena parte de sus conocimientos de anatomía durante su etapa de ayudante de carnicero en Illinois.

Comenzaron creando payasos, papá-noeles y elefantes para atraer clientes a los grandes almacenes, pero la exhibición del Brontosaurus excelsus del Museo Americano de Historia Natural, desenterrado en Wyoming en 1899 y expuesto al público en 1905, les incitó a animarlo, aunque el nombre científico no les pareció suficientemente atractivo y lo rebautizaron “Amphibious Dinosaurus Brontosaurus”.

La construcción del dinosaurio llevó once meses, con un presupuesto de 35.000 dólares que incluía el asesoramiento de científicos del AMNH como Roy Chapman Andrews [1], Walter Granger y Barnum Brown.

El modelo tenía un esqueleto de ratán y bambú, superpuesto con una piel de fieltro sujeta por grandes cremalleras y botones. La construcción terminada tenía catorce metros de largo, pesaba tres toneladas y media y sus motores permitían veintidós movimientos diferentes: el cuello hacía un barrido, la cola se balanceaba, parpadeaba, ponía los ojos en blanco, abría la boca y sus costados se hinchaban y deshinchaban, dando la sensación de que respiraba. Según la patente de 1933, era dirigido por operadores que manipulaban mecánicamente poleas y palancas desde el interior del cuerpo.

Incluso hacía ruidos. La boca contenía un amplificador conectado a un registro de fonógrafo oculto, que reproducía un fuerte bramido inspirado en el nombre del animal. Un empleado de Messmore & Damon declaró en una entrevista de radio: "Brontosaurus significa lagarto de trueno y decidimos que un ruido atronador sería apropiado para esta bestia. Así que grabamos una tormenta de truenos y la rebobinamos hacia atrás, produciendo el extraño ruido que oirás de este animal" [2].

Agarraba los sombreros y periódicos del público, e incluso fumaba los cigarrillos que introducían en su boca. No era solo un espectáculo, sino una criatura automatizada con la que interactuar.

Amphibious hizo su primera aparición en 1924 en Newark (Nueva Jersey), atrayendo a 400.000 personas a las compras de Navidad, y pronto fue conocido en todo el noreste de Estados Unidos y Canadá [3]. Más tarde se añadió a la exhibición un mamut, versión ampliada de su elefante mecánico vestido con la piel de 350 cabras, y en 1926 un triceratops, desarrollado a partir de su rinoceronte autómata.

El éxito le acabó llevando al teatro en 1931, sin mucho éxito. Aparecía en el acto final de la revista ''Fifty Million Years Ago” en el Roxy Theatre de Nueva York. Unos hechiceros de la Edad de Piedra llevaban a una "víctima propiciatoria" a un altar, donde el dinosaurio la levantaba del escenario para comérsela. Un crítico del New York Evening Post llamó al productor imprudente por la anacronía que suponía situar sobre el mismo escenario un dinosaurio y trogloditas, añadiendo que hasta los niños saben que el brontosaurio no era carnívoro.

La Feria Mundial de Chicago de 1933 pretendía dejar atrás la depresión y mirar hacia un futuro más prometedor. Messmore y Damon presentaron la exhibición "El mundo hace un millón de años": una cúpula de 30,5 metros de diámetro llena de animales prehistóricos que costó la friolera de 326.000 dólares y compitió con los dinosaurios menos sofisticados de P. G. Alen para el stand al aire libre de la petrolera Sinclair, cuyo logo era un saurópodo. La presentación de la información científica se realizó en las dos guías que acompañaron la exposición: una en blanco y negro de Meta Messmore, y otra en color por Leon Morgan.

El tremendo éxito de la Feria (39 millones de visitantes) llevó a prorrogarla el siguiente año. Messmore & Damon renovaron sus maquetas y cambiaron el nombre de su muestra a "Down The Lost River", pero no lograron el éxito del primer año.

También intentaron establecer “El mundo hace un millón de años” como atracción permanente en el Warner Brothers Theatre en Broadway en 1934, pero tuvo un recorrido muy corto, posiblemente por la puesta en escena: las criaturas estaban colocaron a cierta distancia del público, y no era posible aproximarse ni interactuar con ellas.

Entonces llevaron sus animatrónicos a Pittsburgh, Filadelfia, Dallas, Detroit o Michigan, acompañando la exposición de merchandising (había dos paquetes de muñecos: reptiles y mamíferos) e incluso una sintonía propia.

Muñeco metálico

En verano de 1935 cruzaron el charco y exhibieron su obra en el Luna Park de París, con gran éxito.

En 1936 trataron de introducir sus maquetas en una película que finalmente no se produjo, como tampoco cuajó su nuevo proyecto de exposición para la Feria Mundial de Nueva York de 1939-40 ''The Adventures of Flash Gordon”, basada en el universo creado por Alex Raymond, con dinosaurios venusianos.

Durante la Segunda Guerra Mundial, Messmore, que había comprado a Damon su parte a finales de la década de 1930, vinculó su trabajo al esfuerzo bélico, utilizando sus habilidades para producir paracaidistas ficticios, que se abandonaron durante la invasión de Francia, y en un desfile en Nueva York de 1942 que recaudó dinero para bonos de guerra, el brontosaurus recibió una armadura para convertirse en "El Monstruo de guerra del Eje”, acompañado de extractos de discursos de Adolf Hitler bramados por los altavoces.

Antes de Half past danger o Jurassic Reich fue... "Axis War Monster"

Después de la guerra, “El mundo hace un millón de años” continuó su andadura en USA e incluso llegó a Japón. Pero su éxito fue decayendo paulatinamente y, a finales de los 70, la empresa cerró sus puertas definitivamente.

Artículo de 1947 sobre el "Hombre de los monstruos": "He aquí un genio que construye monstruos prehistóricos que 'viven'"

El estudio de Messmore & Damon

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[1] En 1932 declaró: “El Dr. Granger y yo sentimos que esto tiene grandes posibilidades educativas. Casi hace que los animales fósiles revivan y espero con ansias el momento en que nuestros museos científicos tengan exposiciones de este tipo.”
[2] Manias, C., The Lost Worlds of Messmore & Damon, Endeavour (2016).
[3] Un periódico de Montreal aseveró que el brontosaurio era "científicamente perfecto en todos los sentidos" y "un privilegio educativo que no debe perderse".

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